Perdónenme si peco de atrevimiento, pero es triste comprobar cómo los herrerenses están ahora más preocupados por el precio de la residencia de ancianos que por el cierre inminente y definitivo de la fábrica de queso, puntal del empleo en la localidad durante varias generaciones. Así las cosas, resulta inevitable pensar que este pueblo tiene más pasado que futuro. Y lo que es peor, a casi nadie aquí parece importarle.
Homesanto, no has pecado de atrevimiento, has tenido la valentia de decir que uno de los problemas importantes, y que no se ha querido comentar, lo han dejado en el olvido, que felicidad hablar del pasado, hasta de Carlos I, que pernoctó aquí.