HERRERA DE PISUERGA: Hola, Lydia. ...

Cosas de antaño que no volverán, segunda entrega:

Ventosas para quitar dolores. Velar a los muertos en casa. Comer cocido
casi a diario. Acudir al confesionario. Dar a luz en casa. Ir a Zorita a
comer la tortilla. Calzar albarcas. Ponerse de luto. Fábricas de gaseosas.
Fábricas de mosaicos. Comer patatas con sebo. Comer titos. Comprar "tabeas"
en la carnicería. Pobres de "pedir"por las casas, el "andarín"era famoso.
Quincalleros, componiendo cazuelas o paraguas. Trillar en las eras. Arar con
la yunta. El carro de la basura. Pregones del señor Marcos. Guardias civiles
en bicicleta. Sardinas de camioneta. Fregar con estropajo de esparto. Las viejas
locomotoras, arrastrando vagones de madera. Tratar a los padres de usted. Burros
dando vueltas a la noria. Las sopas de "calducho". El carrito de Tete chispas.
Reunión de jóvenes, en la esquina del Café Español. El limpiabotas. El justillo
de los niños. Ir a espigar. Ir a por "cogido" para los conejos. Madres con los
niños en brazos. Bajar de las aceras y ceder el paso a los ancianos. El señor
Daniel con el carretillo de mano, vendiendo carbón. Comer chicharro en escabeche
en las tascas. Comer pipas en el Cine. Guardagujas y guardabarreras. Andamios de
madera. Los escriños. Ir a la compra con el capazo. Fregar cacharros en fuentes
públicas. Albañiles haciendo la masa en la calle.
Por hoy ya basta. Saludos.

Muy bien, muy bien, Angel
Aùn tienes "muchìsimas actividades" que relatar.
Ademàs, cada una de las acciones, merece un extenso comentario. Tiempo tendremos de pormenorizar y ampliar todos los recuerdos, que en forma de flasch, nos traes a la memoria.
Una biblioteca. Mejor un "superordenador", tienes, amigo.
Cuìdalo.

Hola josé luis:
Voy a intentar contestar a tantos mensajes tuyos, que no sé si resumiré todo.
En lo referente a D. Felix, totalmente de acuerdo, tenía mal genio y no era
nada cariñoso con los niños. Era el terror en el confesionario, para él, todo era
pecado mortal y amenezaba seriamente, con las penas del infierno
Arderíamos etérnamente en aquel lugar de horror.
Un sacerdote, tiene que ser más humilde y él no lo era. Lo de fumar para pare
cer mayor, no me extraña, lo hacían muchos. Yo me libré de este "vício". En bodas,
la mitad de la Faria, sin tragar el humo.
Aquí, también tenemos bastante frío y lluvia. Que pases buen jueves.

Buenos dias, Angel.
Recuerdo el berrinche que enganchè cuando por primera vez me enfrentè a D. Fèlix cara a cara. Fuè el dìa que tuve que confesar, con el fin de tomar la "confirmaciòn". Por nada del mundo querìa ir a la Iglesia.
A la fuerza, y medio engañado mì prima Mari, la mayor de todos los primos, consiguìo introducirme en el recinto Sagrado. Allì, dado que èramos bastantes los que ibàmos a confirmarnos, estàbamos muchos chiguitos. Creo que funcionaban dos confesionarios. En uno estaba D. Tanis y en otro el temido D. Fèlix. Me encomendaba a todos los Santos para que me tocara con D. Tanis, cura supersimpàtico y cariñoso, aunque algo desaliñado en su vestir. La sotana, casi siempre la llevaba llena de manchas. La diosa Fortuna y los Santos, dejaron sin oir mìs sùplicas y me encontre teledirigido al confesionario donde me esperaba el temido d. Fèlix. Haciendo de tripas corazòn me enfrentè de frente (las niñas lo hacian lateralmente, protegidas por la celosìa) al Sr. Cura. Recuerdo su perlesìa, que le hacìa temblar la barbilla. Su gesto serio y adusto. Iba contàndole mìs pecados. Pensaba que me iban a caer los cielos encima de penitencia.! Que alegrìa!! Que gustazo!. No fuè asì. No sè si fueron unos cuantos Padrenuestros y unas cuantas Avemarìas y el firme propòsito de no volver a ser malo ni a pecar. Cuando recibì la bendiciòn, salì como alma que lleva el diablo de aquel confesionario. Soportè con èxito el combate con el temido D. Fèlix.
Feliz dia, Angel.
Cuìdate.
Cordiales saludos

De D. Félix, yo también tengo alguna que otra anécdota de cría. Lo que siempre me chocaba es que, como solo iba los veranos y vacaciones, a la hora de confesarme, aparte del consabido "Ave María Pusísima" del comienzo, tenía que decirle de quién era. El santo y seña de la casa, vamos: "soy nieta del señor Maudilio y la señora Pepa... y después, hala, los pecados o pecadillos, según se mire, con la perspectiva del tiempo. Recuerdo también sus homilias, que a veces, interrumpia para mandar callar a los chiguitos. Qué broncas nos echaba!

Hola, Lydia.
Yo tambièn, al igual que tù, andaba por Herrera los veranos. Estaba en casa de mì abuela y despuès de mìs tios, desde que acababan las clases del colegio en Madrid. Serìa por el mes de Mayo o Junio, hasta despuès de fiestas.
En un mensaje que acabo de enviar a nuestro buen amigo Angel Gonzàlez hace un ratito, le he comentado un recuerdo especìfico en el que participaba D. Fèlix. Ahora, te refiero otro:
D. Fèlix en el pùlpito. No sè de que trataba su plàtica. Sì que es cierto que andarìa por ahì. Echando broncas y amenazas, seguro. Dentro del acaloramiento y el sofoco que poco a poco iba tomando, no sè sì por la perlesìa que le aquejaba o por alguna otra circunstancia, la dentadura postiza que usaba saliò desprendida de su boca. Cayò al suelo de la Iglesia. Que risa la de los chiguitos que allì estàbamos aguantando sus peroratas.
Feliz sàbado.
Cordiales saludos desde los madriles.


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