Yo de niña no podía con las alubias y los fréjoles. Eran verdaderos dramas comerme una cucharada de esas legumbres. En casa optaron por hacerme otra comida alternativa con tal de no oirme. Ahora, en plena madurez y amante de la dieta mediterranea, como alubias. Pero aquellas de Herrera que comentáis tan ricas, ésas para mí no volverán. Me quedé sin catarlas, que pena me da ahora.