En efecto, ha quedado muy, pero que muy digno el entorno o mejor dicho los entornos de la
Iglesia de
San Miguel. Se han tomado su tiempo pero el resultado final merece la pena verlo ahora. Se agradece cuando se pasea por allí y se admira la esbeltez de San Miguel, cargada de
historia a través de los siglos, comprobar que de vez en cuando, las cosas se hacen bien también en
Palencia. Ahora toca que los palentinos y los que nos quieran visitar lo disfrutemos cada día.