Lo considero uno de los pueblos con más encanto de España. Está muy bien conservado, tanto por fuera: las casas, el empedrado de las calles, el entorno, como por dentro: las cocinas y fogonoes que preparan ese prodigio gastronómico que nos han regalado los Maragatos en forma de cocido. Siempre merece una visita y una parada para degustar y digerir las carnes y los garbanzos de la tierra rematados con una estupenda sopa y la compañía de un vino de la uva mencia del vecino Bierzo o prieto picudo del ... (ver texto completo)