SACANDO LOS COLORES
La tarde que poco a poco se acorta,
las sombras que se alargan poco a poco,
el campo que se ha vuelto medio loco
el rojo cerezal en Villacorta.
La verde rama que se balancea
movida por los caprichos del viento,
el remanso del río amarillento,
los largos chopos escoltando al Cea.
Las setas coloreando en humedales,
los espinos de frutos encarnados,
los andrinos azules y morados
las nueces rebotando en los nogales.
El ramaje marrón de robledales,
los nidos que se quedan a la vista,
la magia de un paisaje colorista,
el canto mañanero de pardales.
La música de ovejas y corderos,
la lluvia salpicando en los cristales,
los arroyos engordando caudales,
las hojas secas mullendo senderos.
El verde saturado en las praderas.
el oro de los hayedos de El Pando
y todos los colores acampando
a su antojo por valles y laderas.
No es esta pasarela de esplendores
producto de alucinaciones tuyas:
es la montaña sacando los colores,
es el otoño haciendo de las suyas.
La tarde que poco a poco se acorta,
las sombras que se alargan poco a poco,
el campo que se ha vuelto medio loco
el rojo cerezal en Villacorta.
La verde rama que se balancea
movida por los caprichos del viento,
el remanso del río amarillento,
los largos chopos escoltando al Cea.
Las setas coloreando en humedales,
los espinos de frutos encarnados,
los andrinos azules y morados
las nueces rebotando en los nogales.
El ramaje marrón de robledales,
los nidos que se quedan a la vista,
la magia de un paisaje colorista,
el canto mañanero de pardales.
La música de ovejas y corderos,
la lluvia salpicando en los cristales,
los arroyos engordando caudales,
las hojas secas mullendo senderos.
El verde saturado en las praderas.
el oro de los hayedos de El Pando
y todos los colores acampando
a su antojo por valles y laderas.
No es esta pasarela de esplendores
producto de alucinaciones tuyas:
es la montaña sacando los colores,
es el otoño haciendo de las suyas.
