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PUENTE ALMUHEY: Acabo de comer...

Acabo de comer

en un restaurante

y el camarero me ha servido un café

solo

con un azucarillo

mientras remuevo mi infusión

aún caliente

observo al resto de los comensales

no como si estuvieran bajo un microscopio

o tras una gigantesca lupa

sino a simple vista

sin distorsión aparente alguna.

Reparo en una mesa próxima

en la que comen un hombre

y una mujer

perfectamente podrían ser matrimonio

ella le habla

y él sonríe

el hombre le comenta algo

en tono muy bajo

tan solo perceptible por ella

le sonríe

y posa su mano sobre la de él…

ha lanzado un beso

él con un gesto parece atraparlo

en su mano

y lo posa en sus labios.

Para ellos solo ellos existen.

A mí

nadie me ha lanzado

jamás un beso…

llevo mucho tiempo

comiendo solo.

A su derecha

otra mesa la ocupa una familia

creo

una mujer y un hombre

deben rondar los treinta y tres

y dos niños pequeños

a los que les calculo

cuatro y cinco años

sentados en sus sillas con alza

juegan con los cubiertos

su padre les reprende

su madre les empieza a contar un cuento

los dos pequeños atienden.

A mí

nadie

jamás me ha contado un cuento…

si así hubiera sido

estoy seguro

que guardaría un grato recuerdo.

El comedor está completo

parejas, familias, grupos de amigos

solo

en mi mesa

come un hombre

solo

ni siquiera la soledad me acompaña

pues empiezan a llegar mis recuerdos

ocupando mi mesa sin haber sido invitados

creí haberles dejado en casa

haber cerrado la puerta

girado las dos cerraduras

y haber guardado las llaves

en el lugar más profundo de mi bolsillo.

Debería marcharme.

A mí

hace tiempo

que me persiguen mis recuerdos…

quizá algún día

empiece a echarles de menos.

José Manuel Contreras