Aquí os dejo lo que escribí y leí el dia de la misa en León:
" Durante 37 años caminó con y entre nosotros en la parroquia de La Magdalena y unos 20 años, en la de Canales.
NI la Lluvia, ni el viento, ni la nieve, ni el calor, ni el frio, impidieron que siempre estuviera en su lugar a tiempo.
D. Germán fue un sacerdote reservado que traslucia su personalidad inquisitiva y observadora a través de una mirada envolvente, un tanto irónica y que no carecia de un discreto sentido del humor. Si hablabas con él, y le obserbavas podias darte cuenta de que sonreía con su mirada al tiempo que dejaba traslucir un cierto matiz esceptico a la hora de juzgar y comprender interiormente a los seres humanos.
Era respetuoso en sus homilías, pero éstas encerraban una gran vida interior y una capacidad extraordinaria para enlazar los diferente textos evángelicos en un discurso coherente y lleno de sentido. NO habia improvisación en sus homilias. Su fuerza no estaba en predicar con el miedo, a alzar el tono de voz o en reñir a sus fieles o en las amenazas del castigo divino. No. Al igual que Jesús, D. germán predicaba no solo para el corazón, sino tambien para la inteligencia. Por eso, sus homilías parecian una continuación de las narraciones evangélicas. Quiza por eso sus movimientos, y sus gestos eran pausados. Mientras predicaba alternaba sus miradas entre los textos del evangelio y los fieles que asitian a misa. Sabía quienes escuchaban la palabra de Dios y quienes tenían su pensamiemto en cosas más mundanas.
Fue un sacerdote que comprendió el valor del silencio en un mundo lleno de ruidos que nos impiden escuchar el mensaje de Jesús.
¡Gracias D Germán! ¡Gracias y.... ¡Hasta siempre...!
" Durante 37 años caminó con y entre nosotros en la parroquia de La Magdalena y unos 20 años, en la de Canales.
NI la Lluvia, ni el viento, ni la nieve, ni el calor, ni el frio, impidieron que siempre estuviera en su lugar a tiempo.
D. Germán fue un sacerdote reservado que traslucia su personalidad inquisitiva y observadora a través de una mirada envolvente, un tanto irónica y que no carecia de un discreto sentido del humor. Si hablabas con él, y le obserbavas podias darte cuenta de que sonreía con su mirada al tiempo que dejaba traslucir un cierto matiz esceptico a la hora de juzgar y comprender interiormente a los seres humanos.
Era respetuoso en sus homilías, pero éstas encerraban una gran vida interior y una capacidad extraordinaria para enlazar los diferente textos evángelicos en un discurso coherente y lleno de sentido. NO habia improvisación en sus homilias. Su fuerza no estaba en predicar con el miedo, a alzar el tono de voz o en reñir a sus fieles o en las amenazas del castigo divino. No. Al igual que Jesús, D. germán predicaba no solo para el corazón, sino tambien para la inteligencia. Por eso, sus homilías parecian una continuación de las narraciones evangélicas. Quiza por eso sus movimientos, y sus gestos eran pausados. Mientras predicaba alternaba sus miradas entre los textos del evangelio y los fieles que asitian a misa. Sabía quienes escuchaban la palabra de Dios y quienes tenían su pensamiemto en cosas más mundanas.
Fue un sacerdote que comprendió el valor del silencio en un mundo lleno de ruidos que nos impiden escuchar el mensaje de Jesús.
¡Gracias D Germán! ¡Gracias y.... ¡Hasta siempre...!
