Un lugar maravilloso y entrañable donde nació mi padre. Pasé en él inolvidables
veranos junto a la
familia, los
amigos y sus gentes adorables. Antes, cuando vivía en el sur de
España, y ahora, que lo hago en el centro, sigo sintiendo mi norte en
Carrocera. Cuando puedo, paso por allí y enseño a mis hijas el orgullo de mis raíces, de las suyas... Ya sé que no están Teodoro y María, ni David, ni Honorino y Teresa, ni Aurora, ni Alfredo, ni Fernando... Pero sigue siendo Carrocera. Uno de mis hermanos
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