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CANALES: Commemoracción del centenario del Molino de Quico...

Commemoracción del centenario del Molino de Quico
Hola a todos.
Imaginad la escena….
La niña dormida plácidamente al lado de sus hermanos se despierta bruscamente con el inesperado y escandaloso ruido de un trueno. Entonces una imperiosa necesidad la obliga a buscar el orinal bajo la cama. No lo encuentra, a tientas busca la pera que cuelga de la cabecera de la cama, la aprieta y sorpresa, no hay luz. Jolines! Quico se ha dormido!....
No, Quico no se ha dormido, lo que pasa es que debido a la tormenta y por precaución ha desconectado el sistema que abastece de luz al pueblo.
Naturalmente, esta escena tenemos que situarla en el tiempo.
Esta escena y otras similares fueron situaciones vividas por muchos de los que hoy estamos aquí en nuestra ya lejana infancia, unos cincuenta años atrás.
Y no son cincuenta sino cien años los que hoy celebramos, 100 años de la existencia de toda una institución como es el Molino de Quico.
Un molino, una fábrica de luz y un aserradero que han formado parte de la vida de nuestro pueblo durante todo este tiempo.
En esta era digital en la que vivimos, en la que lo que hoy es novedad mañana se queda obsoleto, podemos sentirnos orgullosos de que algo que cumple cien años se mantenga y siga funcionando. Todo ello gracias al amor y el cuidado que han puesto sus dueños en remozarlo, máxime teniendo en cuenta que hoy día no se le saca otro rendimiento mas allá de la pura satisfacción de conservarlo.
Cuenta la historia que en España existían unos 6000 molinos, sólo nuestro pueblo contaba con la existencia de seis de esos molinos harineros, que coexistían al amparo de las aguas de nuestro querido rio Luna. Desgraciadamente todos han ido desapareciendo, uno de ellos todavía lo hemos visto derruido no hace mucho tiempo. Sólo queda a salvo este que hoy celebramos.
Nuestros ascendientes dependían en gran manera de este molino para su desarrollo. Aquí molían el grano para sacar la harina con la que hacer el pan, alimentar a los animales que de una forma u otra les daban de comer. Serraban la madera con la que construir casas, entibar las galerías de las minas…. Aquí estaba, y sigue, aunque ya no la utilizamos, la fábrica que nos daba la luz en las noches, luz que permitía realizar las labores de ordeñar, coser, tejer…. cosas que no se podían hacer con la luz del día ocupados como estaban en las labores del campo y el ganado.
De esa vida en torno al molino, a los molinos en general, encontramos referencias en multitud de canciones populares que se conservan y que muchos de nosotros hemos cantado en nuestras celebraciones.
En ellas se habla del rio, el molino, la molinera, la maquila…. para los que no lo sepan, la maquila era el pago en especie, la parte que se quedaba el molinero en pago por su trabajo.
Y a propósito he encontrado una de esas canciones populares asturiana en la que uno de sus versos reza: “ La molinera gasta collares, el molinero corbatín, nun sé comu da pa tantu, la maquila del molín “
Sin duda, disponer de un molino, generaba riqueza, para el pueblo y para su dueño.
Es una pena que ya sólo éste siga en pié, y nos alegra y nos enorgullece que sus dueños lo cuiden y lo conserven para disfrute de futuras generaciones.
Y esperamos y deseamos que a esta placa conmemorativa de sus 100 años que hoy les entregamos, se unan otras, la de los 200, 300…. Claro que eso ninguno de nosotros lo veremos, pero formará parte de la herencia que reciban nuestros descendientes.
Quico, Olga, es el momento de daros las gracias, felicitaros por esta estupenda labor y animaros a seguir en ese empeño.
Muchas gracias.