Hay ser palurdos para que no nos gusten los jardines de chinitas, la parada de autobús que no proteje de nada y en la que no cabe casi nadie. ¿Para eso hace falta estudiar, para comprar ese mobiliario a una empresa que también fabrica papeleras para toda España? ¡Qué palurdos somos! No tenemos gusto porque nos gustan más los jardines de siempre, verdes y con flores como si son rosales, que dicho sea de paso apenas se tienen que cuidar. Y la fenomenal brecha de la carretera o barricada o borricada. ... (ver texto completo)