José Benito Freijanes Martínez
CANTO A LA VERDAD.
Canto contra vosotros, cantores de las razas
y de eso que llamáis clases,
dividiendo a los seres humanos en categorías
más o menos execrables.
Canto contra vosotros
con versos descastados, amétricos.
Sin rima. No son versos.
(Fijaos que sólo canto. No maldigo ni deploro.
Mi labor es cantar: ¿quiénes se creen algunos para maldecir?
Maldecir compete a los ministros de los dioses.
Y el poeta, si acaso le apetece,
los adora, pero no los administra ni los sirve.
En cuanto a lo de servir, por eso se cobra, que yo sepa.
Por lo demás, ¡qué más quisiera el poeta
que poder administrar la Belleza a su antojo!
Deplorar, lo dejo para quienes
no ven poesía en el objeto de sus desvelos.
CANTO A LA VERDAD.
Canto contra vosotros, cantores de las razas
y de eso que llamáis clases,
dividiendo a los seres humanos en categorías
más o menos execrables.
Canto contra vosotros
con versos descastados, amétricos.
Sin rima. No son versos.
(Fijaos que sólo canto. No maldigo ni deploro.
Mi labor es cantar: ¿quiénes se creen algunos para maldecir?
Maldecir compete a los ministros de los dioses.
Y el poeta, si acaso le apetece,
los adora, pero no los administra ni los sirve.
En cuanto a lo de servir, por eso se cobra, que yo sepa.
Por lo demás, ¡qué más quisiera el poeta
que poder administrar la Belleza a su antojo!
Deplorar, lo dejo para quienes
no ven poesía en el objeto de sus desvelos.
Puede llamarse poesía
lo que se saca de donde no la hay?
Pero yo, veo poesía también en vuestros errores).
Canto contra vosotros, incitadores
de unos pueblos contra otros.
Canto contra vosotros, que, aunque no lo digáis,
despreciáis a los demás, porque no los consideráis dignos de vuestras canciones.
Sí, odiáis a los demás
porque tienen los ojos más o menos
oblicuos que los vuestros,
o la nariz más o menos chata
o son quizás un poco más o menos negros
-como si, sobre el tablero de ajedrez,
sirvieran de algo las piezas de un color si no existieran las del otro-.
lo que se saca de donde no la hay?
Pero yo, veo poesía también en vuestros errores).
Canto contra vosotros, incitadores
de unos pueblos contra otros.
Canto contra vosotros, que, aunque no lo digáis,
despreciáis a los demás, porque no los consideráis dignos de vuestras canciones.
Sí, odiáis a los demás
porque tienen los ojos más o menos
oblicuos que los vuestros,
o la nariz más o menos chata
o son quizás un poco más o menos negros
-como si, sobre el tablero de ajedrez,
sirvieran de algo las piezas de un color si no existieran las del otro-.
Canto contra vosotros, porque no sois poetas.
Porque no sabéis descubrir la belleza en lo distinto.
Sois políticos, basta. Eso sí, bien editados,
bien presentados, con buena propaganda
por aquéllos a quienes servís.
Canto contra vosotros, porque eso,
eso vuestro que llamáis poesía
no es universal, es sólo válido
para quienes piensan como vosotros.
Aunque algunos,
muchos, demasiados, tal vez,
malgastáis espacio en las enciclopedias.
Canto contra vosotros, y os pronostico
que vuestra verborrea
se olvidará cuando pasen de moda
esas fatuas y huecas ideas que proclamáis
bajo el título universitario de poesía comprometida
Porque no sabéis descubrir la belleza en lo distinto.
Sois políticos, basta. Eso sí, bien editados,
bien presentados, con buena propaganda
por aquéllos a quienes servís.
Canto contra vosotros, porque eso,
eso vuestro que llamáis poesía
no es universal, es sólo válido
para quienes piensan como vosotros.
Aunque algunos,
muchos, demasiados, tal vez,
malgastáis espacio en las enciclopedias.
Canto contra vosotros, y os pronostico
que vuestra verborrea
se olvidará cuando pasen de moda
esas fatuas y huecas ideas que proclamáis
bajo el título universitario de poesía comprometida
Mensaje
Me gusta
No