¿A qué hora, en cuál de estos espejos,
recuperar la imagen de aquel niño?
No la imagen del niño que se peina
para ir a la escuela, sino el otro
que restriega los párpados y esparce
los restos de otras caras contra un número.
Mi corazón da pistas. Pero el vidrio,
¿me sabría orientar con vibraciones
dirigidas al cuarto en que despierta?
¡O el niño, abandonados los reflejos
... (ver texto completo)
Detrás de este silencio, otro silencio.
Pero, ¿dónde detrás de «otro silencio»?
—«Y este gesto se graba?
¿De qué modo
mi derecha está ahora en esa izquierda?»
(Y seguirán fluyendo las palabras
por la boca de un niño delirante,
o, tal vez, esta voz, y luego el diálogo
de los dos con la araña de costumbre:
el reloj que nos resta y que nos suma
hasta dar con la cifra del acuerdo.)
... (ver texto completo)