Antes de clausurar mi ordenador por unos cuantos días voy a plasmar una de mis vivencias porque dentro de unas horas, desde aquellos páramos que pienso patear, como de
costumbre, y a la vista de aquellos
paisajes que llevo grabados en mi interior como con fuego, estoy seguro de que mi memoria se refrescará y surgirán otros recuerdos que ahora están como aletargados.
Cuando yo era el rapaz de Bustillo, la técnica aplicada a las labores del
campo iba llegando con mucha dificultad y a pasos muy lentos
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