LA ASTUCIA DEL CAZADOR
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Relato chino
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El ciervo teme al lobo, el lobo teme al tigre,
y el tigre teme al gran oso, que es el más
feroz de los animales. Con el cráneo cubierto
de extraño pelaje parecido a una mata de pasto,
caminando sobre sus patas traseras es extremadamente
fuerte y ataca aun al hombre.
Al sur del estado de Chu vivía un cazador que con
la ayuda de su flauta de bambú conseguía imitar
toda clase de gritos de los animales. Armado de un arco
y un pequeño tiesto de greda en cuyo fondo conservaba
algunas flechas, se iba a la montaña e imitaba la llamada
del ciervo. Creyendo que se trataba de alguno de sus congéneres,
los ciervos se acercaban y el cazador los mataba disparándoles
flechas incendiadas.
Un día, al oír el llamado del ciervo llegó un lobo. El cazador
muerto de miedo imitó el rugido del tigre. El lobo huyó pero
apareció un tigre. Arrerrorizado el hombre imitó el gruñido
del gran oso. El tigre huyó, pero creyendo encontrar a uno
de sus congéneres, un oso enorme apareció. Al encontrar
sólo a un hombre, se abalanzó sobre él, lo destrozó y se
lo comió.
Aun hoy, aquellos que emplean artificios en vez de contar con
sus propias fuerzas terminan siempre por granjearse
un destino semejante al cazador.
Liu Dsung-yuan.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.- .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. ... (ver texto completo)
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Relato chino
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El ciervo teme al lobo, el lobo teme al tigre,
y el tigre teme al gran oso, que es el más
feroz de los animales. Con el cráneo cubierto
de extraño pelaje parecido a una mata de pasto,
caminando sobre sus patas traseras es extremadamente
fuerte y ataca aun al hombre.
Al sur del estado de Chu vivía un cazador que con
la ayuda de su flauta de bambú conseguía imitar
toda clase de gritos de los animales. Armado de un arco
y un pequeño tiesto de greda en cuyo fondo conservaba
algunas flechas, se iba a la montaña e imitaba la llamada
del ciervo. Creyendo que se trataba de alguno de sus congéneres,
los ciervos se acercaban y el cazador los mataba disparándoles
flechas incendiadas.
Un día, al oír el llamado del ciervo llegó un lobo. El cazador
muerto de miedo imitó el rugido del tigre. El lobo huyó pero
apareció un tigre. Arrerrorizado el hombre imitó el gruñido
del gran oso. El tigre huyó, pero creyendo encontrar a uno
de sus congéneres, un oso enorme apareció. Al encontrar
sólo a un hombre, se abalanzó sobre él, lo destrozó y se
lo comió.
Aun hoy, aquellos que emplean artificios en vez de contar con
sus propias fuerzas terminan siempre por granjearse
un destino semejante al cazador.
Liu Dsung-yuan.
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