FUENTE URBEL: Tesis Doctoral....

Tesis Doctoral.

El principal colector del S. es el original río Úrbel. En su modestia, probablemente sea el más abundante pero sobre todo el de mayor longitud, con 33,5 km en la comarca desde la cabecera de su ramal Talamillo. Desde el principio, el Úrbel muestra un perfil muy suave, más propio de un río maduro de llanura que de uno joven de cabecera. En su recorrido la pendiente es muy débil, ya que apenas salva 80 m en los casi 30 km de curso fluvial desde Talamillo del Tozo hasta Huérmeces. Inscrito en la depresión del Tozo, su flujo es bastante lento, con escasos y cortos rápidos, que incluso llegan a secarse en los momentos de estiaje más intenso, junto a largas pozas semiatascadas por una vegetación hidrofita de espadañas y carrizos. Su trazado rectilíneo WNW-ESE es claramente estructural y se ciñe fielmente a la dislocación Lomilla-Castrillo. En este tramo el valle es amplio y disimétrico, flanqueado por las crestas septentrionales de la Loras de Pinza y Fuente Úrbel en su margen derecha y por vertientes de suaves lomas labradas en el Albiense en la izquierda. La escasa pendiente y los materiales determinan la mala definición del lecho y el defectuoso avenamiento del valle en su sector más meridional, donde turberas y tollas son frecuentes. En la cola de la depresión, el curso dibuja una rodilla y cambia a dirección S, ante el obstáculo frontal del Páramo de Masa. Hasta su desembocadura en el Arlanzón, el recorrido meridiano se inicia con un tramo de hoz de unos 6 km, entre San Pantaleón del Páramo y el N de Huérmeces, tras el cual el río ingresa finalmente en la cuenca sedimentaria.
Carácter estructural tienen también los pequeños afluentes perpendiculares al colector, concentrados la mayoría en la margen derecha. De hecho, el río recibe su alimentación principal de un rosario de surgencias kársticas situadas en dicha margen. Destacan por su abundancia y carácter permanente las de Úrbel del Castillo y Fuente Úrbel, nombre el de esta última que sitúa en ella el nacimiento del río, al que se une el Talamillo poco después de su alumbramiento. El alto número de manantiales en este sector responde a la combinación de masas calizas y roturas de fallas, que fuerzan los alumbramientos. Gracias a ellos, los núcleos de población del valle del Úrbel disponen de una dotación magnifica de agua potable, abundante y de excelente calidad, por mera captación directa. Sin embargo, las posibilidades de uso del río para riego son casi nulas debido al acusado estiaje que padece.
* Loras y Paramera de la Lora en Burgos, Marta Martínez Arnaiz. Valladolid 2013

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