Capítulo 4: Ábside parte 1ª, FUENTE URBEL

El ábside de esta iglesia, como ya hemos visto, está jalonado de una serie de cinco arcos con sus correspondientes capiteles y columnas, que empezaremos analizando de izquierda a derecha, es decir, de norte a sur, del evangelio a la epístola. Esta conformación de arcos es abundante en todo el románico, pero es especialmente frecuente en la zona Mena-Villadiego que analizamos, si bien en esta zona es frecuente encontrar dos pisos de arcos, como en Siones, y hasta composiciones de 7 unidades y no de 5 como en nuestra iglesia. Las tallas son diferentes, las imágenes e iconografías que representan también, pero parece ser que hay una pervivencia de contenidos semánticos en su sustrato escultórico, como si siguiesen la misma teología y la misma filosofía teológica.

Es innegable las similitudes que se apuntan con elementos de Siones, pero ninguna más que Santa Mª de Bareyo (Cantabria) guarda mayor relación con ésta última. Su factura es muy parecida. Incluso la temática refleja los mismos o similares motivos aunque con ubicación diferente. Los escultores o canteros podrían ser los mismos. Y trabajan en el Valle de Losa, en San Pantaleón y Colina de Losa. También en San Román de Escalante (Cantabria).

El grupo de canteros proviene de la Trasmiera y norte de Burgos (GARDELLES, Poitiers, pag. 329-335). Son un grupo "aislado y ajeno a la corriente castellano-palentina que vive apegado a sus tradiciones en algún sentido de libertad...". Que, por contra, viajen de norte a sur coincide con las dataciones de los lugares donde se considera que intervinieron. Sus características estilísticas vienen marcadas por canon reducido y talla simplificada. PORTER intenta explicar estas "deficiencias del lenguaje" como un rasgo que es explicable en " un grupo cerrado en sí mismo que no tiene escrúpulos en presentar distintos rasgos" y llega a calificarlos de "bárbaros (extranjeros) dotados de originalidad" (Romanesque sculture of the Pilgrinage Roads, 1923).

También hay quien dice que vienen de la zona de Poitiers (Artículo de opinión sobre Mena Villadiego en adr), la Enciclopedia del Románico dice, al hablar de Fuente Úrbel, que hubo dos maestros y que el taller del interior “dejó muestras de su buen hacer en varios templos situados al norte y oeste de Villadiego”. Cobreros, en su guía, pasa de Fuente Úrbel, pero dice de Siones con la que hemos visto algunas coincidencias: “Tallas cuidadas pero de dibujo algo desmañado que las hacen parecer toscas en ocasiones, fórmulas expresivas ya conocidas, unas veces utilizadas por inercia y otras reelaboradas con efectos sorprendentes…. Siones, como otras construcciones no lejanas, resulta apasionante al ser la expresión de una civilización que está terminando su ciclo vital y al estar ejecutada por constructores conscientes de ello”

Retornando al primer arco, que en sí mismo no guarda decoración, nos fijamos en el primer capitel. Es un capitel de motivo vegetal con una cierta abstracción pero de alto nivel escultórico. Sus trazos son limpios y consistentes, y, sobre todo, tiene bulto, sobresale de la piedra base, y muy especialmente, tiene hueco por detrás. Es un artista que sabe mucho, experimentado, no es un artista local porque tiene mucha experiencia y sabe lo que hace.

Y el otro capitel, el segundo, es digno de ser interpretado: dos aves contrapuestas y de configuración simétrica albergan en su centro una copa, quizás un cáliz. Un capitel idéntico se conserva en Siones. Los seres fantásticos cuerpo de ave y cara de hombre, que rodean al cáliz en el capitel 2 parecen, más bien, ser arpías, de amplia difusión en el románico. Las arpías son identificadas con seres fantásticos maléficos, pero también con fieros vigilantes, que es lo que parecen hacer aquí. Claro, que hay otra alternativa:

Los dos "bichos" (cuerpo de paloma y cabeza humana) están unidos por un collar de hierro a un cáliz y no lo sujetan por sus patas.

1. ¿Qué pasaría si el capitel del interior del ábside de Fuente Úrbel fuera una alegoría a dos santos irlandeses que practicaron la Peregrinatio propter Christum y cuyos nombres remiten a la palabra latina Columba, paloma?
2. ¿Podría tratarse de un capitel de iconografía nueva, pues la cabeza podría representar a un monje y el cuerpo a una paloma, que juega con la síntesis del santo peregrino y su nombre latino?
3. ¿De qué dos santos se trataría?

Vayamos a la respuesta: este capitel podría querer representar en la misma iconografía a dos santos de origen irlandés, no sólo coetáneos en el tiempo, sino que, además, los dos fueron monjes que practicaron la Peregrinatio propter Christum. Para acabar de terminar las coincidencias, los dos también comparten un nombre latino que remite a la palabra latina columba, paloma en castellano. ¿De quién se trataría?: de San Columba y San Columbano. Veamos ahora una breve reseña hagiográfica de los dos:

San Columba (521-597)
En 563 viajó a Escocia con doce compañeros Funda el monasterio de Iona. Intenta convertir a los Pictos.
También es venerado como santo por la iglesia ortodoxa.

San Columbano (543-615)
Forma parte del monasterio de Bangor.
A los 47 años comienza su peregrinatio hacia Europa continental.
Muere cerca de Milán.

Quizás no sea así, pero la lectura analógica que, desde esta perspectiva, se puede hacer de este capitel interior del abside de Fuente Úrbel es muy hermosa: un grupo de monjes irlandeses que practican la Peregrinatio propter Christum esculpen un capitel en honor a dos de los santos irlandeses que les precedieron en su forma de vida. Estos dos santos, además de su manera de entender y practicar la fe, compartieron su nombre. Un nombre que remite a la paloma, ave con claras referencias bíblicas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
* Círculo Románico
(29 de Agosto de 2023)