POR ALUSIONES
Y PARA JESUS MARTIN DE PINTOS
Creo que va a ser la primera vez que hablo contigo, y me alegra poder hacerlo, aunque sea a través de este medio. Siempre es positivo el intercambio de opiniones, y más si estas son constructivas.
Y lo voy a hacer porque creo que hay tres cuestiones en tu “trilogía”, más concretamente en uno de los párrafos, sobre las que se deben hacer varias precisiones. Y dos más, la cuarta y quinta, mucho más generales.
UNA: No te parezca triste que haya personas que piensen que pueda haber intereses para conseguir ser representante del Ayuntamiento. U otra cosa. El aspirar a ser o tener un cargo es perfectamente legítimo. Lo amoral o éticamente reprobable, que no ilegal, mientras no se demuestre este extremo, sería valerse de medios ilícitos para conseguirlo. O, cuando se ha conseguido, utilizarlo no-conforme a los principios éticos o legales.
Salvada esta premisa, puedo contarte que, cuando se me designó a mi (algún día si te interesa te cuento dónde estaba y cómo me enteré de mi designación, que para nada esperaba, porque tampoco había aspirado a ella) eran otros los que se habían postulado para acceder a esta responsabilidad. Y lo hacían movidos por un interés. Perfectamente legítimo. ¿Por qué no?
Y, ahora, ha pasado lo mismo. Ha habido gente, así me consta, que tenía interés en ser representante del ayuntamiento. Interés legitimo. Han hecho lo que creían que debían hacer para conseguir su designación. Pero no lo han conseguido. Y han designado a Juan Carlos, que ha aceptado, porque tenía interés en serlo. Perfectamente, por otro lado, legítimo este interés. En esta misma línea “pudiera haber habido” alguien, con interés legítimo en serlo, que no haya asimilado que sus pretensiones no se hayan visto satisfechas. ¿Por qué no?
De aquí que cuando yo hablo, en mi exposición anterior, la del día 19.08.2003, de “intereses”, en el tono que lo hago, me estoy refiriendo al interés que pudiera existir por parte de alguien en que fuera una u otra la persona designada. Para nada a otro tipo de intereses.
DOS: En ningún momento yo hablo de “abucheo”. Puedes revisar mi alegato citado en el punto anterior. Sí digo que fue “abroncado”; porque así fue, aunque tu no lo vieras. Y puedes comprobar que digo más: “ he de reconocer que con cierta estupefacción”. Porque no me gustó lo que vi ni lo que oí. Como tampoco me gustó la actitud de los que estaban cerca de él. Y es lo que estoy criticando cuando escribo: “El que, desde el más absoluto desprecio a la educación, lanzó los improperios, quizás sólo sea eso: un maleducado. O quizás esté diciendo lo que otros no se atreven a decir. En cualquier caso: hay muchas formas de decir las cosas. Pero ¿y los otros? ¡Esos que permanecieron mudos! Tengo que pensar que, o son unos cobardes, o estaban de acuerdo.”
Te puedo asegurar que el grupo con el que yo estaba se quedó igual de estupefacto que yo. Así lo comentamos. Por eso escribí, con mi nombre y apellidos, lo que escribí. Y por eso, hoy, me permito hacerte estas precisiones. Que, como puedes ver, o por lo menos esa ha sido mi intención, están hechas desde la más sincera consideración hacia ti, y, por supuesto hacia el resto de “tertulianos”.
TRES: Me parece perfecto que le pidáis todo aquello que, a vuestro entender, sea conveniente y necesario; pero desde el realismo, la educación y los más elementales principios democráticos.
Aunque las reivindicaciones sigan siendo las mismas, las cosas sí han cambiado: todos tenemos unos cuantos años más. Estoy seguro que vosotros habéis madurado; otros, los que os incitaron a utilizar aquellas maneras que en su momento empleasteis, -y digo empleasteis porque tu mismo te incluyes- habrán reflexionado y, quizás, concluido que se equivocaban. Y yo, ¡que me permito el lujo de referirme a ese hecho, que ni tan siquiera acontecimiento, como si de una simple anécdota se tratara, también he cambiado: ¡Qué bien se vive de espectador!
CUATRO: Quedo gratamente sorprendido por ese interés -¡qué cosas, vuelve a salir esta palabra!- que se palpa en los comentarios vertidos en este foro: ese afán por desterrar “malos rollos”. ¡ Pues adelante!. No sólo es lícito, ético o legal. Sino también , si se predica con el ejemplo, y éste cunde, moralmente muy sano.
CINCO: No escuchéis mucho a la gente que critica y no da la cara. Si no son capaces de asumir sus posturas, entonces ¿qué van a asumir?. De tibios está el mundo lleno, pero no hacen sino ocupar espacio. Los realmente comprometidos llevan su verdad por delante, y la defienden donde, cuando y ante quien haga falta.
JOSE ANTONIO SANCHEZ jas42@usuarios.retecal.es. ... (ver texto completo)
Y PARA JESUS MARTIN DE PINTOS
Creo que va a ser la primera vez que hablo contigo, y me alegra poder hacerlo, aunque sea a través de este medio. Siempre es positivo el intercambio de opiniones, y más si estas son constructivas.
Y lo voy a hacer porque creo que hay tres cuestiones en tu “trilogía”, más concretamente en uno de los párrafos, sobre las que se deben hacer varias precisiones. Y dos más, la cuarta y quinta, mucho más generales.
UNA: No te parezca triste que haya personas que piensen que pueda haber intereses para conseguir ser representante del Ayuntamiento. U otra cosa. El aspirar a ser o tener un cargo es perfectamente legítimo. Lo amoral o éticamente reprobable, que no ilegal, mientras no se demuestre este extremo, sería valerse de medios ilícitos para conseguirlo. O, cuando se ha conseguido, utilizarlo no-conforme a los principios éticos o legales.
Salvada esta premisa, puedo contarte que, cuando se me designó a mi (algún día si te interesa te cuento dónde estaba y cómo me enteré de mi designación, que para nada esperaba, porque tampoco había aspirado a ella) eran otros los que se habían postulado para acceder a esta responsabilidad. Y lo hacían movidos por un interés. Perfectamente legítimo. ¿Por qué no?
Y, ahora, ha pasado lo mismo. Ha habido gente, así me consta, que tenía interés en ser representante del ayuntamiento. Interés legitimo. Han hecho lo que creían que debían hacer para conseguir su designación. Pero no lo han conseguido. Y han designado a Juan Carlos, que ha aceptado, porque tenía interés en serlo. Perfectamente, por otro lado, legítimo este interés. En esta misma línea “pudiera haber habido” alguien, con interés legítimo en serlo, que no haya asimilado que sus pretensiones no se hayan visto satisfechas. ¿Por qué no?
De aquí que cuando yo hablo, en mi exposición anterior, la del día 19.08.2003, de “intereses”, en el tono que lo hago, me estoy refiriendo al interés que pudiera existir por parte de alguien en que fuera una u otra la persona designada. Para nada a otro tipo de intereses.
DOS: En ningún momento yo hablo de “abucheo”. Puedes revisar mi alegato citado en el punto anterior. Sí digo que fue “abroncado”; porque así fue, aunque tu no lo vieras. Y puedes comprobar que digo más: “ he de reconocer que con cierta estupefacción”. Porque no me gustó lo que vi ni lo que oí. Como tampoco me gustó la actitud de los que estaban cerca de él. Y es lo que estoy criticando cuando escribo: “El que, desde el más absoluto desprecio a la educación, lanzó los improperios, quizás sólo sea eso: un maleducado. O quizás esté diciendo lo que otros no se atreven a decir. En cualquier caso: hay muchas formas de decir las cosas. Pero ¿y los otros? ¡Esos que permanecieron mudos! Tengo que pensar que, o son unos cobardes, o estaban de acuerdo.”
Te puedo asegurar que el grupo con el que yo estaba se quedó igual de estupefacto que yo. Así lo comentamos. Por eso escribí, con mi nombre y apellidos, lo que escribí. Y por eso, hoy, me permito hacerte estas precisiones. Que, como puedes ver, o por lo menos esa ha sido mi intención, están hechas desde la más sincera consideración hacia ti, y, por supuesto hacia el resto de “tertulianos”.
TRES: Me parece perfecto que le pidáis todo aquello que, a vuestro entender, sea conveniente y necesario; pero desde el realismo, la educación y los más elementales principios democráticos.
Aunque las reivindicaciones sigan siendo las mismas, las cosas sí han cambiado: todos tenemos unos cuantos años más. Estoy seguro que vosotros habéis madurado; otros, los que os incitaron a utilizar aquellas maneras que en su momento empleasteis, -y digo empleasteis porque tu mismo te incluyes- habrán reflexionado y, quizás, concluido que se equivocaban. Y yo, ¡que me permito el lujo de referirme a ese hecho, que ni tan siquiera acontecimiento, como si de una simple anécdota se tratara, también he cambiado: ¡Qué bien se vive de espectador!
CUATRO: Quedo gratamente sorprendido por ese interés -¡qué cosas, vuelve a salir esta palabra!- que se palpa en los comentarios vertidos en este foro: ese afán por desterrar “malos rollos”. ¡ Pues adelante!. No sólo es lícito, ético o legal. Sino también , si se predica con el ejemplo, y éste cunde, moralmente muy sano.
CINCO: No escuchéis mucho a la gente que critica y no da la cara. Si no son capaces de asumir sus posturas, entonces ¿qué van a asumir?. De tibios está el mundo lleno, pero no hacen sino ocupar espacio. Los realmente comprometidos llevan su verdad por delante, y la defienden donde, cuando y ante quien haga falta.
JOSE ANTONIO SANCHEZ jas42@usuarios.retecal.es. ... (ver texto completo)
