Varias restauraciones extremas convirtieron el
edificio en un modelo purista (Repullés y Vargas, años treinta del siglo XX, A. Arenillas en 1965, 1967, y consolidaciones de J. Fernández Suárez y R. Fernández Tresguerres a partir de 1982). Construida en arenisca con zócalo de granito. Tiene planta basilical de tres naves, la central doble que las laterales, separadas por pilares cruciformes con
columnas adosadas en los frentes y en las
esquinas que reciben
arcos apuntados, desarrollado crucero y triple cabecera con
ábsides semicirculares y tramo recto anterior.