TOLEDO: En mi libro:"Venturas y desventuras del linaje Al-Basri...

En mi libro:"Venturas y desventuras del linaje Al-Basri o el andalusi errante"incluyo a un personaje Fray Hernando de Pastrana, de origen morisco, imaginario pero supuesto que existio con otra identidad, que tuvo su protagonismo en Toledo. He aqui mi relato de una parte limitada del ensayo.
Pasados unos meses, Fray Hernando de Pastrana le es notificado, su traslado a Toledo, donde desde el reinado de Felipe II, fue desterrada desde Granada, una numerosa comunidad morisca, que vivía allí pacíficamente, en el desarrollo de sus ocupaciones artesanales y que se había integrado plenamente desde principio, pues en su conciencia mantenían que Toledo, en los tiempos dorados de la civilización árabe en Al-Andalus, era la segunda ciudad en importancia después de Córdoba.
Cuando llega a Toledo es enviado a prestar sus servicios religiosos a la Iglesia de Santiago del Arrabal, en el barrio del mismo nombre, ubicado en la entrada de Toledo por la Puerta Nueva de la Bisagra, donde la mayor parte de la población pertenecía a familias moriscas que en décadas anteriores, habían sido trasladadas allí.
Encuentra en este lugar, inmediatamente, la razón de su labor evangelizadora y de servicio a esa comunidad.
Los primeros contactos que establece con estas gentes, es el domingo, donde imparte misa en la Iglesia y acuden a ella, la mayor parte de la población morisca conversa y entra en contacto con éllos. Inmediatamente se integran amistosamente con Fray Hernando, expresándole sus inquietudes, sus sueños irrealizables y los problemas sociales en los que están incursos.
Fray Hernando entiende, que quizás Dios o Alah le ha enviado premeditadamente a este colectivo, que requiere ayuda y él, es el elegido para prestarla. La situación real de estas familias, era que el rey Felipe II, fervoroso católico, tras la rebelión de la Alpujarra, ordena ejercer una represión brutal, contra los vencidos y no respeta las Capitulaciones de la entrega de Granada, establecidas por sus abuelos, los Reyes Católicos, y había sido muy generoso en respetar la vida de este colectivo.
Quizás él, por su fanatismo religioso, no podía tener un gesto de generosidad, para este pueblo, que por tradición, seguía la religión de sus antepasados y se olvidaba de su futura instrucción y formación, cuando en la Córdoba del siglo IX, el Emir, Abd-el-Rahman II, no discriminaba a nadie, ya fuese judío o mozárabe, a su derecho, a su derecho a la formación intelectual en las escuelas de Córdoba o incluso, en las Universidades o Madrazas.
Ante la situación del colectivo, Fray Hernando, diseña un programa social para conseguir un centro enseñanza, para esta comunidad, con avidez para su futura instrucción.
Al fin, se lo expone a otros superiores de su Orden, pero le contestan que es necesaria la aprobación del Cardenal Mendoza, Primado de Toledo y decide entrevistarse con su Excelentísima Señoría.
Llega Fray Hernando de Pastrana al palacio Episcopal y le recibe el Secretario del Cardenal Mendoza, y le ordena que su Señoría, le llamara a audiencia.
Cuando es citado a presencia del Cardenal Mendoza, Fray Hernando de Pastrana, solicita permiso para entrar y se arrodilla ante su Excelencia y le besa la mano.

Dicele, el Cardenal Mendoza. ¿Cuál es el motivo de vuestra visita? Fray Hernando de Pastrana, le contesta. ¡Razones humanitarias me obligan a mostrarme ante su Excelentísima Señoría, para solicitar con humildad cristiana, una ayuda para mis feligreses que están necesitando de ella! ¡Y cual es vuestra petición! Exclama, el Cardenal Mendoza. Le respondió, Fray Hernando ¡No pido nada para mí, pero mis feligreses, necesitan de una escuela, donde se les instruya, en aprender a leer libros o cualquier documento! El cardenal, le contestó: ¡No creo, que una población dedicada generalmente a la artesanía, necesite saber leer y escribir, para ejercer su profesión! Fray Hernando, replicó: ¡Esta población necesita saber leer y escribir para conocer bien el catecismo, base de la religión cristiana, que les imparto y si no saben leer ni escribir, no aprenderán a rezar sus oraciones! ¡Me habéis convencido! dijo el Cardenal Mendoza. ¡No obstante, a Ud, le hago responsable, si acaso utilizar sus conocimientos de la escritura o lectura para leer libros maléficos, como “Alcorán”, o sus” azoras” o sus “aleyas” en algún lugar!. ¡Queda Ud advertido, Fray Hernando de Pastrana, le hago responsable, porque la voluntad de Dios, está en separarlos de estas prácticas heréticas que impurifican el alma, de un buen cristiano! ¡Se lo prometo, Excelentísima Señoría! susurró Fray Hernando.
La escuela fue fundada y se la dedicó a su fraile de venerado, Fray Hernando de Talavera y allí acudían diariamente por la tarde, la población morisca, donde se les impartía su enseñanza es el conocimiento de la lectura y escritura siendo él personalmente, auxiliado de otros dos frailes de la Orden, quienes eran los maestros.
Pasó el tiempo y cada dia había más alumnos y fue arrestado por la Inquisición, uno de sus alumnos, Hammad Charfi, al que le acusaron de practicas heréticas, pues se le fue requisado en su morada, un ejemplar de “Alcorán”, quizás guardado celosamente por su familia y que se libró de la hoguera, en las fanáticas jornadas de Cisneros de la quema del libros arábigos.
El Inquisidor de Toledo, D. Ambrosio de Velasco Quiñones, sentía una cierta antipatía por Fray Hernando de Pastrana, pues ejercía una investigación contumaz sobre la población morisca, para descubrir si existían indicios para procesarle y condenarle a la hoguera.
Ordeno al poder militar, la Santa Hermandad, que le sometieran a tormento y le aconsejaran al pobre joven que no

tuvo fuerza para soportar el continuo tormento que aceptara el acuerdo de sus torturadores, de declarar que el libro “Alcorán” procedía de la escuela.
Fray Hernando Pastrana, fue llamado por la Inquisición a declarar y negó reiteradamente esta acusación y sometido a un careo con Hammad Charfi, éste declaró públicamente que Fray Hernando de Pastrana, era inocente y que la declaración de su imputación fue forzada por sus torturadores y que el libro era propiedad de sus antepasados, en la Granada de los Reyes Católicos.
Fray Hernando de Pastrana quedó absuelto de la acusación y la escuela fue clausurada y se le traslado a una nueva sede en Molina de Aragón, villa castellana de realengo.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"