VILLANUEVA DE ALCORON (Guadalajara)

Fuente

esta es la maripala donde jugabamos y las mujeres se sentaban con sus labores por la noche eran los mozos los que la usaban
La importancia del libro de Maria Luisa radica, para mi, en la perdurabilidad de una memoria que de otra forma estaba abocada a su desaparición, en la fluidez narrativa que hace de su lectura un experiencia placentera y en el descubrimiento de una escritora que nos podrá dar con seguridad, al menos así lo espero, nuevas obras llenas de frescura. Mi admiración y gratitud por todo ello.
Yo he leido el libro de La calle Angosta y me he reido mucho. Es un placer leer cosas de tu pueblo tan bien traidas. No se si nos damos cuenta de la suerte que supone tener una novela que hable de nuestras raices, cuantos pueblos querrian . Un libro muy bueno. Espero que el ayuntamiento sea consciente de ello.
El libro está bien y cuesta poco, 10 eurillos. Refleja una época del pueblo. Se lee con interes pues te va metiendo en las hcenderas cotidianas de los vecinos de Villanueva.

Un saludo el culebrillas.
El libro "La calle Angosta lo ha leido mucha gente, por lo que yo se muchas personas que no leen nunca le ha entrado la curiosidad por ver lo que se ha escrito de su pueblo. Asi que a ver si nos animamos y leemos algo, aunque solo sea por curiosidad.
Se menciona mucho el libro. ¿ Alguien lo ha leido ?
La Maripala es una de las piedras con nombre propio que aparece en el bonito libro "La Calle Angosta" que nuestra amiga María Luis Martínez ha escrito con las historias de su pueblo en mente. Es una vuelta a los años 50, un relato agradable, de lo que las cosas y las gentes fueron, escrito con un tono gracioso y un estilo propio. Un placer encontrarte así con el pasado que muchos aún tenemos tan reciente. Felicidades por tu libro, María Luisa.
Así es, pero que quede claro que no es ninguna fuente, es una piedra, parece de molino. Antes era agradable porque justo al lado estaba el olmo y daba sombra. Ahora ya no hay ni olmo, una lástima.
Esta es la maripala, aquí hemos jugado todos los chavales que somos de Villa. Antes de secarse el olmo, las mujeres se sentaban a coser en el verano. Por las noches los mozos se paraban a cantar los cantares de la ronda. Es un sitio con mucha historia, local se entiende.