¡Hola!. Soy Verisimo y quiero contaros la odisea vivida en
Piqueras una tarde de Agosto. (El año se me olvidó con el susto). Nos fuimos dos ó tres parroquianos con el cabrero (creo que ahora es el ilustrísimo alcalde),
río arriba, para observar con que inteligencia y valentía cargaba un trabuco que Él tenia. Le metía la pólvora por la boca,ó cañón y con un hierro llamado "baqueta", pues, taca, taca, taca, repretaba la pólvora. Menos mal, que el cañon, estaba mirando hacia arriba y no era el de Agustina
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