GUADALAJARA: De mi ensayo:"Guadalajara y Villas de su Campiña: Historia,...

De mi ensayo:"Guadalajara y Villas de su Campiña: Historia, Arte y Tradiciones"incluyo la historia de Guadalajara. He aqui mi version de la Edad Antigua y Media, porque por la extension del mensaje no se permite su publicacion.
1. HISTORIA DE GUADALAJARA

Guadalajara, antigua ciudad celtibérica, a la que los romanos llamarían Arriaca, cuyo significado es “camino pedregoso”, situada en la cuenca del rió Henares, a unos 50 Km. de Madrid, Capital de la provincia de la Comunidad Autónoma Castilla- La Mancha, ubicada en la Comarca de la Campiña.
Su historia se remonta desde la Prehistoria, hasta hoy mismo. Las excavaciones arqueológicas han demostrado, por los testimonios encontrados, que se asentaron en este lugar, pueblos pertenecientes al período Calcolítico y del Bronce.
Se tiene posteriormente constancia de que existió en este lugar, la ciudad romana, llamada Arriaca fundada por pueblos prerromanos y que así y que si no se han encontrado restos arqueológicos si hay referencias escritas, en los textos, como la ruta Antonina.
Tras la presencia musulmana en la península Ibérica y la derrota de D. Rodrigo, último rey visigodo en Guadalete, los árabes ocupan totalmente ésta, arrinconándoles en las zonas septentrionales a los visigodos que conservaron su independencia.
Los musulmanes ya asentados en Al-Andalus, dividieron este, en Coras o Provincias y necesitaban en el área centro de un lugar fortificado en la ruta entre Zaragoza y Toledo que junto a Talamanca del Jarama sirviera de apoyo logístico a sus razzias sobre los cristianos del norte, y como lugar de observación a las Coras de Zaragoza y Mérida.
Éstas fueron las razones por las que se eligió a este lugar para fundar en el siglo VIII, a Guadalajara, levantando una fortaleza o Ribat en la frontera, a la que llamaron Medinat-al-Farag, a las orillas del río Henares que significaría “la ciudad de Farag”, posiblemente Wali o gobernador de aquel tiempo. Posteriormente se cambio el nombre, relacionándolo con el rió Henares, como “Wad-al-Hayara”que significa “rió de piedras”.
De la dominación islámica quedan testimonios es como el puente sobre el rió Henares y las ruinas del Alcázar que afortunadamente han sido recuperadas y actualmente existe una pasarela elevada, donde los arqueólogos realizan distintas excavaciones, catas, sondeos, etc.,
De esta época hay una leyenda dedicada a Wad-al-Hayara (Guadalajara) que cito de mi libro: “Leyendas Andalusíes Almiaregenses” y dice así:

LOS AMANTES DE WAD-AL-HAYARA

“En el nombre de Dios clemente y misericordioso”.

¡Oh, mi telmid Ahmed, dice el Imán Ibrahim!

Hace muchísimos años, había en una Medina como la nuestra, que se llamaba Wad-al-Hayara, la cual era más grande y sus gentes eran musulmanes y estaba totalmente rodeada de murallas, para evitar que los enemigos del norte la invadieran y la arrasaran.
Había un hombre de edad avanzada, Omar, persona respetable que se encargaba de guardar las puertas y los puentes de la Medina, ejerciendo el cargo de “alamín”.
Vivía éste, en el torreón que guardaba el puente que cruzaba un pequeño río que transcurría desde las montañas próximas y tenía una hija, llamada Aixa, joven y bella que todos los días acudía por la tarde, con sus cántaros para abrevar agua, de una fuente cercana.
Como el abrevadero, se encontraba en al exterior de las murallas, conoció un día a un capitán cristiano, de los que circulaban por aquella zona y se enamoró de ella.
El capitán se llamaba, Sancho y siempre iba montado en un caballo negro.
Asimismo como Aixa era tan bella, también le apareció otro pretendiente, Tareq, que era un criado del valí de la Medina.
Un día que la sorprendió charlando con el capitán cristiano, le entró un ataque de celos y se dispuso a sacar una fecha de su “carcaj” y apuntando con su arco para lanzar un dardo contra el cristiano, tuvo la mala suerte que se clavo, en el corazón de Aixa, quien quedó muerta. Asustado el caballero cristiano, salió huyendo del lugar y Tareq, el criado del valí, no dudó en ahorcarse allí mismo.
Ya entrada la noche y viendo que Aixa no regresaba a su morada, su padre, Omar llamo a los vecinos e iniciaron la búsqueda de la joven, encontrándola muerta de un flechazo y a su joven musulmán, ahorcado en un lugar cercano.
Todo fue lamentos y sollozos por la perdida de Aixa, y al día siguiente, los cristianos se apoderaban de la Medina, gracias a la copia de la llave de sus puertas que Aixa se había facilitado a su enamorado, Sancho, el caballero cristiano.
Al enterarse de la desgracia, Sancho destrozado anímicamente del dolor, se marchó para siempre.

¡Oh, mi telmid Ahmed! Vuestro dolor es la eclosión de la celda que encierra vuestro entendimiento. Así como la semilla de la fruta debe romperse para que su corazón se ofrezca al sol, asi debéis vosotros conocer el dolor. Y si pudiéramos mantener vuestro corazón, maravillado ante los diarios milagros de la vida, vuestro dolor no os perecería menos maravilloso que vuestra alegría.
Mucho vuestro dolor es elección de vuestro espíritu. Es el remedio amargo con el que el médico que hay dentro de vosotros, cura vuestro ser enfermo.
Por tanto, tened confianza en el médico, y bebed el remedio en silencio y tranquilidad.
Dicele, Ahmed ¡Oh, mi respetado Imán Ibrahim, que así sea y se cumpla, y doy gracias a Alah, por vuestra sabiduría y la enseñanza que me transmitís!

Fue definitivamente conquistada con todo el territorio por Alfonso VI, rey de Castilla y León, en su campaña contra Toledo, aunque anteriormente había estado bajo su padre, Fernando I, entre los años 1058 y 1062, perteneciente a la taifa de Toledo, siendo su rey Almamun, tributario del rey de Castilla-León.
Las crónicas atribuyen la conquista, a uno de los lugartenientes de D. Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”, D. Alvar Fañez de Minaya, caballero burgalés, quien la ocuparía con todo su alfoz para incorporarlo a la Corona castellana.
Desde el año 1085 hasta la batalla de las Navas de Tolosa, estuvo inmersa en guerras continuas, almorávides, almohades, etc,
La ciudad seria repoblada por gentes del norte, castellanos, cántabros, vascos y navarros, a los que se les concede un Fuero, otorgado por el rey Alfonso VII, El Emperador en 1133. En 1219, Fernando III, El Santo, les concede “el Fuero Largo” a la ciudad.
Sería su hijo, Alfonso X, El Sabio, quien protegió la ciudad e impulsó su desarrollo económico mediante medidas de protección a los comerciantes y autorización de celebrar ferias y mercados.
En el siglo XIV, cuando Juan I de Castilla, concede el Señorío a la familia Mendoza, por su ayuda en su lucha contra los aragoneses y navarros y es la rama de los Duques del Infantado, quienes le dan el mayor impulso de su historia.
Entre los miembros más destacados de esta familia, se encuentran, D. Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458) y D. Pedro González de Mendoza, (1428-1495), gran Cardenal de España y Consejero de los Reyes Católicos.
Es en el 1462, cuando Enrique IV El Impotente, concedía a Guadalajara, el título de Ciudad y confirmó su voto en Cortes, por motivo de los desposorios de su valido, D. Beltrán de la Cueva, con Dª Mencia de Mendoza y Luna, hija de D. Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado.

Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"