ATIENZA: HISTORIA. Conocida es la mucha antigüedad de esta pobl.,...

HISTORIA. Conocida es la mucha antigüedad de esta pobl., aunque ignorado su origen: y si su nombre Atienza es degeneración del de la celtibera Talia ó Tythia como es verosímil, según se dirá en su art., grande es también su celebridad en la hist. de la España romana. Fué en este supuesto una de las que encumbraron su nombre en el partido de Sertorio, que era el de la gloria y de la independencia española. Se mantuvo tan firme en él, que no se rindió a los ejércitos de Pompeyo, hasta después de un obstinado sitio, asesinado ya Sertorio por los suyos, y vencido y aniquilado Perperna (Florus lib. 3, cap. 22). Era la cap. de aquellos famosos celtiberos de quienes tantas proezas y memorias gloriosas nos ha conservado Apiano, en sus Ibéricas, nombrándolos Tythios o Tuthios, siempre unidos con los arévacos y con los bellos, que son los pelendones, para sostener el honor de las armas celtiberas contra los innumerables ejércitos de la ambiciosa Roma. Una grande laguna se presenta en la historia de esta ant. c., desde que sucumbió definitivamente a la dominación romana; persuadiendo á Loperraez (historia de Osma) y al Sr. Conides, haber sido destruida; mas no constando esto por solo la falla de memorias, creemos mejor que subsistiera, volviendo a aparecer en la historia de la España agarena; habiendo hecho los árabes de su nombre Tutia o Tytia, por adición del art., propio de su lengua, A o Al, y convertida la t en z Atyzia, Atyezia y Atincia, como se lee en Conde (parte 2, cap. 99.). Fué ganada al poder de Islam por Alfonso III hijo primogénito de Ordoño I, el año 877, y a 8 de febrero de 989, arrasó Almanzor sus murallas, después de un estrecho sitio; siendo tomada y desmantelada Atienza diferentes veces en esta guerra, por moros y cristianos. Méndez Silva, en su Población general de España, atribuye su adquisición definitiva, y su repoblación, en el año 1083, al rey D. Alonso VI. En los disturbios ocurridos en la minoridad del rey D. Alonso VIII, comunes a todas las minorías, fué conducido a Atienza, como plaza fuerte, el rey niño, por don Pedro Núñez, desde donde se trasladó a Ávila; teniendo que desistir el leonés, su tío, de la pretensión a su educación y al gobierno de Castilla. Prestó el concejo de Atienza interesantes servicios en las guerras contra moros, y en los trastornos civiles. En el año 1301 ó 1302, fué dada esta pobl. al infante D. Enrique, gobernador en la minoría del rey; mediando la reina madre, para apaciguar sus recelos que podían dar motivo á sediciones en Castilla. Fué una de las que tomaron parte a favor del rey D. Enrique, contra el rey D. Pedro en 1367; y una de las prometidas por este a su hermano, cuando aquel lo estrechó en Montiel (1368); contándose igualmente entre las concedidas por D. Enrique á Beltrán Calquín (1370), quien la vendió en favor del mismo rey, con todas las demás que le hubo dado en Castilla, por precio de 260,000 doblas (año 1375). Asimismo se contó entre las señaladas por el rey de Castilla a Doña Felipa, hija del duque de Alencaster que se titulaba rey de Castilla y de León, cuando casó con el portugués, para que se apartase de la ostentación de derechos a la corona de estos reinos (1387.) Se apoderó de Atienza el rey de Navarra, entre otras pobl. que tomó al rey D. Juan II de Castilla; siendo uno de los dos únicos puntos que en 1446 conservaba en los estados de este el navarro. Tenía á Atienza bien fortificada, y su guarnición atormentaba los pueblos comarcanos con sus continuas correrías, hasta que la sitió don Juan y se rindió a los 3 meses de asedio, bajo el concierto de que se nombrasen jueces que decidieran a quien debia entregarse, quedando entretanto guardada en tercería por la reina de Aragón doña Maria, cuñada del rey de Navarra y hermana del de Castilla (1447). Por cuenta de lo que gastó el navarro en la defensa de Atienza, se le concedieron, decidiéndose este negocio (año 1454) 15,000 florines, y á Atienza y sus arrabales, vec. y moradores dio el rey D. Enrique IV la excepción de toda moneda forera y de otra cualquiera, de podidos, empréstitos, servicios, etc.; de tributos ordinarios y extraordinarios, reales, personales y mistos; siendo libres, francos y exentos de contribuir con cosa alguna, así con las otras v., c. y l. del reino, como separadamente por si mismos; libres de cualquiera exhibición, contribución, repartimiento real, personal, y misto; exceptuando solo las alcabalas, según resulta del privilegio, dado en Palencia á 25 de enero de 1457, que se halla en el archivo de la v. En el mismo archivo se halla también otro privilegio que le fué concedido por D. Juan I a 5 de setiembre de 1380, en consideración a los muy nobles, leales, y grandes servicios, que habían prestado a su padre D. Enrique, los vec. de este pueblo; haciéndolos libres de portazgo, pedaje y pasaje, en todos sus estados. D. Enrique IV hizo merced de esta pobl., entre otras, á D. Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, en 1463; recompensando la dignidad y maestrazgo, que se le quitaba, En 1508 estuvo detenido en la fortaleza de Atienza, el ob. de Badajoz D. Alonso Manrique, el cual huyendo a Flandes, fué prendido de orden del rey, por Francisco Lujan, corregidor de las 4 v. de la costa. Desde esta prisión fué enviado al arz. de Toledo, conforme a las órdenes del Papa, para que lo juzgase. En el cast. de Atienza se pusieron presos el mariscal D.. Pedro de Navarra, y los caballeros D. Antonio de Peralta, primogénito y heredero del conde de Sancti-Esteban, D. Pedro Enríquez de la Carra, y otros personajes de la parcialidad Agramontesa, los que habían sido hechos prisioneros en el combate que les dio el coronel Villalba a 21 de marzo de 1516, en el sitio llamado dé la Cruz. En 1519, el mariscal D. Pedro, fué trasladado desde esta fortaleza, a Barcelona, para que jurase por rey de Navarra al de Castilla; prometiéndole, de hacerlo así, la restitución de sus estados, oficios, y honores; pero el mariscal se negó, y el rey D. Carlos lo mandó llevar preso a la fortaleza de Simancas. Habiéndose retirado Felipe V, en 1706, a esta pobl., reunió en ella todas las tropas que le venían de muchas partes, y resolvió el ataque, antes que llegase el conde Peterborough. Hace Atienza por armas las reales de España, castillos y leones. Es patria de Francisco de Segura, que escribió el Romancero historiador, y el Romancero de los reyes de Portugal.
* Diccionario Geográfico – Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1848.