Autor: Jorge Rodríguez
Descripción de la
fiesta
La
Semana Santa es la fiesta de
Cuenca por excelencia. Declarada de Interés Turístico Internacional, impresiona por su gran belleza.
La celebración de la Semana Santa conquense adquiere especial relieve por el trazado urbanístico
medieval del
Casco Antiguo, que se convierte en un espectacular escenario que nos transporta a tiempos pasados. Los desfiles procesionales adquieren una gran belleza al
anochecer.
Procesiones que se suceden desde el Domingo de Ramos con La Borriquilla, acompañada de palmas y ramas de
olivo y del paso de Nuestra Señora de la Esperanza; la
Procesión de la Vera
Cruz el lunes, la del Perdón del Martes
Santo y la del Silencio el miércoles. Los días culminantes son el Jueves Santo, con la procesión de La Paz y la Caridad; y el Viernes Santo, con tres procesiones: al
amanecer la del
Camino del
Calvario, al mediodía, en el Calvario, y al
atardecer, el Santo Entierro. La última procesión de la Semana Santa conquense es la de El Resucitado, el Domingo de Resurrección.
Por su profundo arraigo entre los conquenses, destaca la procesión Camino del Calvario, conocida popularmente como las Turbas, en la madrugada del Viernes Santo. Esta procesión no deja indiferente a nadie: las turbas aparecen como "actores" encargados de representar la burla que sufrió Jesús camino de la cruz. Durante el recorrido se producen momentos de estruendo al toque de tambores y clarines, que contrastan con otros de absoluto silencio, como cuando se canta el Miserere en la escalinata de la
Iglesia de
San Felipe Neri.