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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Mediante las criaturas espirituales...

Mediante las criaturas espirituales

Buenaventura sigue a Agustín de Hipona y sostiene el iluminacionismo. El iluminacionismo de Buenaventura se trata de una postura moderada, intermedia entre el iluminacionismo platónico y el iluminacionismo musulmán. El primero sostiene que, para conocer al mundo, solamente es necesario conocer a Dios y el segundo sostiene que se puede conocer al mundo con completa independencia de Dios.​ Para Buenaventura, en cambio, la mente es el principio de conocimiento y juicio y se intuye a sí misma como agente de intelecto y voluntad. Sin embargo, las razones eternas de Dios también influyen en el intelecto y la voluntad como coprincipios que son cointuidos por la mente.​

Las causa material del conocimiento es el intelecto paciente, su causa formal es la especie que se conoce y su causa final es la verdad epistémica. Sin embargo, es precisa la concurrencia de dos causas eficientes, por un lado, la causa creada, el intelecto agente, y, por el otro, la causa eterna, Dios. El conocimiento cierto, pues, precisa de la verdad divina, que da inmutabilidad al objeto del conocimiento, y de luz divina, que da infalibilidad al sujeto que conoce, así que la certeza del conocimiento tiene que ser producida por la causa eterna. Ahora bien, el resto de las características del conocimiento, tales como la abstracción, la universalidad y la correspondencia, tienen que ser producto de la causa creada.​

Si se comienza con una aprehensión simple, básica e inmediata, se encuentra que el objeto de dicha aprehensión es susceptible de definición. La definición precisa de un género y una diferencia específica. El término genérico conlleva además a otro objeto de aprehensión simple, usualmente susceptible de definición. Si se va definiendo los géneros de las definiciones que se van obteniendo, se llega eventualmente a un género indefinible, una categoría. Las categorías no son susceptibles de definición, pero sí admiten descripción. Si se trata de un accidente, es un ente que es en otro y, si se trata de una sustancia, es un ente que es en sí. Todos los objetos de aprehensión simple se resuelven en el concepto del ser.​

Para Buenaventura, dicha resolución es crucial, ya que implica que incluso la concepción más específica y determinada subyace en la conciencia del ser, que informa todo nuestro conocimiento. En adición, se está concomitantemente consciente de las propiedades trascendentales del ser. Estas son coextensivas o disyuntivas. La unidad, la verdad y el bien se dicen del ser de manera coextensiva. Todo, en cuanto es, es uno, es verdadero y es bueno. Sin embargo, el ser también puede ser concebido como actual o potencial, absoluto o dependiente, anterior o posterior, inmutable o mutable. No obstante, para concebir el ser como potencial, dependiente, posterior o mutable, se precisa haber sido informado con el ser como actual, absoluto, anterior e inmutable. Las privaciones y los defectos solo pueden ser conocidos mediante las características positivas. El intelecto no puede comprender completamente ninguna de los entes potenciales, dependientes, compuestos y finitos a menos que comprenda el ser actual, absoluto, simple y eterno. En efecto, no podría saber que nada es defectuoso, impuro e incompleto a menos que tuviera cierta conciencia del ser completo, puro y sin defectos.