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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Omisiones y sesgos...

Omisiones y sesgos

El autor era algo reticente sobre la carrera de Wilfredo, un clérigo contemporáneo y uno de los más destacados de su época. Esto pudo deberse al estilo de vida opulento de Wilfredo, que no era del agrado para la mente monástica de Beda; también pudo ser que los eventos de la vida de Wilfredo, divisivos y controvertidos, simplemente no encajaban con el contexto de la progresión a una iglesia unificada y armoniosa.

El relato sobre las primeras migraciones de anglos y sajones a Inglaterra omite cualquier mención de un movimiento de esos pueblos a través del canal de la Mancha desde Bretaña, descrito por Procopio, que lo había documentado ya en el siglo VI. El historiador Frank Stenton describió esta omisión como «el disgusto de un erudito por lo indefinido»; el material tradicional que no podía ser fechado o usado para sus propósitos didácticos no tenía interés para Beda.​

Su trabajo contaba con un sesgo local por su condición de nortumbrio.​ Las fuentes a las que tuvo acceso le dieron menos información sobre el oeste de Inglaterra que en otras áreas.​ Documentó relativamente poco sobre los logros de Mercia y Wessex: por ejemplo, omitió cualquier mención de Bonifacio, un misionero sajón occidental en el continente con cierto renombre y de quien Beda casi seguramente hubiese escuchado hablar; por otro lado, en la Historia eclesiástica describió a los misioneros de Northumbria en el continente. También era parsimonioso en sus elogios a Aldhelmo, un sajón occidental que había trabajado mucho por convertir a los britanos nativos a la forma romana del cristianismo. Registró siete reyes anglosajones a quienes consideraba habían tenido imperium o señorío; solo aparece un rey de Wessex, Ceawlin, y no hay ninguno de Mercia, aunque en otras partes reconoce el poder secular que tenían varios de los mercios.​ El historiador Robin Fleming afirmó que, a raíz de que Northumbria había perdido su poderío por los mercios, Beda fue tan hostil con ellos no consultó a ningún informante de Mercia y no incluyó relatos sobre sus santos.

La Historia eclesiástica relata la misión gregoriana de Roma y cuenta cómo el clero britano se negó a cooperar con Agustín de Canterbury en la conversión de los anglosajones. Así como la evaluación negativa de Gildas sobre la Iglesia britana en el período de las invasiones anglosajonas, la visión de Beda sobre este evento de la iglesia nativa fue muy crítica, pero ignoró el hecho de que, en el momento de la misión gregoriana, la historia entre los ambos pueblos era de guerra y conquista, lo que, en palabras de Barbara Yorke, naturalmente habría «frenado cualquier impulso misionero del clero britano hacia los anglosajones».