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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: En sus Oficios Eclesiásicos...

En sus Oficios Eclesiásicos

En esta obra dice que fue Moisés en Éxodo 15 quien instituyó los coros y el cántico tras su paso por el mar Rojo y enseñó a cantar a Dios el cántico triunfal con coros de ambos sexos, en clases diferentes, presidiéndolos él y su hermana. También dice que el coro se hacía en figura de corona, en círculo, y que por eso se llama de esa manera. Señala que para los judíos un coro debe de tener un mínimo de diez personas pero que para los cristianos no existe cifra. También especifica que el ministerio del cántico fue ejercido por Débora en Jueces 5. Sin embargo, especifica que los salmos los cantan hombres. Dice que fue el rey David el primero que cantó el salterio y que la Iglesia canta los salmos davídicos con melodías suaves para inclinar los ánimos a la conversión. Explica que los cantores antiguos se abstenían de comer el día antes de cantar pero cuando iban a salmodiar comían legumbres "por causa de la voz", por lo cual eran llamados "fabarii". También habla del cantor Asaf. Menciona que en las Confesiones san Agustín aprueba cantar en la Iglesia para regalar los oídos y que el ánimo más débil se levante con el afecto de la piedad.​

También habla de los himnos. Dice que David fue el primero que los cantó, siguiéndole otros profetas, y que fue cantado un himno al Creador por los tres jóvenes que fueron encerrados en un horno en Daniel 3. Diferencia entre himnos divinos e himnos compuestos por el ingenio humano. Para Isidoro el primero que compuso himnos fue Hilario de Poitiers, seguido por Ambrosio de Milán.​

Dice que fueron los cristianos griegos los primeros que compusieron antífonas y que Ambrosio de Milán extendió estas hacia Occidente. Sobre los responsorios dice que fueron inventados por los italianos y que se llaman así porque el coro respondía a lo que cantaba un solista, aunque en el momento en que escribe Isidoro era común que se respondiese al canto de tres. También dice que, en la liturgia, cuando llega el momento de cantar deben cantar todos. Explica también que el laudes es cantar el aleluya en alabanza a Dios y que, si bien en España se cantaba siempre después de los salmos o las lecturas en el resto de la Iglesia lo cantaba solo los domingos y 50 días después de la fiesta de la Resurrección. Señala que, según Eclesiástico 50:16, los judíos cantaban ofertorios acompañados por tubas cuando sacrificaban un animal y que la Iglesia sustituye las tubas por la predicación y canta por el sacrificio de Cristo. También explica cómo en la misa se canta "Hosanna en las alturas". Critica que en las calendas de enero la gente baile buscando el aplauso, que se mezclen ambos sexos en los coros y que la gente se emborrache con vino.​