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En una carta de 1927 escribió que muchos que habían presenciado el cuidado que realizaban a los enfermos se habían convertido y puesto en gracia de Dios.
En 1928 tuvo lugar otro capítulo general, en el que por razones de salud, cesó en su cargo de superiora general. Para esto, fue elegida sor Gloria, aunque sor Ángela continuó siendo "superiora general honoraria".
En 1929 tuvo lugar en Sevilla el Congreso Mariano Hispano-Americano. El obispo Narciso de Estenaga, prior de las órdenes militares de España, que había acudido a Sevilla para este congreso, tenía muchas ganas de conocer a sor Ángela. Al llegar a la Casa Madre le puso a la santa su anillo episcopal en el dedo meñique y le dijo que no se lo quitase en toda la visita. Cuando se marchó, cogió el anillo y lo besó, como si se tratase de una reliquia de manos de la santa.
El convento de Málaga fue fundado el 25 de marzo de 1931.
En 1931 se proclamó la II República Española y tuvieron lugar asaltos e incendios de iglesias y conventos. Las hermanas de la Cruz de Sevilla no fueron molestadas. Sin embargo, el 11 de mayo quemaron el Palacio Episcopal de Málaga y el obispo san Manuel González y las monjas que allí se encontraban tuvieron que marcharse. 125126 Sor Ángela escribió a las monjas de los distintos pueblos una carta que decía:
Pensarán que las tengo olvidadas; al contrario, ahora las tengo presentes, con tantos acontecimientos tristes y desagradables. […] ¡Qué hermoso es el amor fraterno y qué hermoso el espíritu de hermana de la Cruz en lo próspero y en lo adverso […]!
Capilla de Santa Ángela de la Cruz. Bajo el altar se encuentra expuesto el cuerpo de Santa Ángela. A la derecha, está la tumba de Santa María de la Purísima. En el retablo está la Virgen de la Salud de Iglesia de Santa Lucía. Tiene en sus manos una corona y una cruz, para lucir tal y como fue contemplada por Santa Ángela en una visión interior. Casa Madre de las Hermanas de la Cruz. Sevilla.
Falleció el 2 de marzo de 1932 como consecuencia de un accidente cerebrovascular. El cuerpo estuvo expuesto en la Casa Madre y, entre el miércoles y el sábado, pasaron para verla entre 60.000 y 70.000 personas. El instituto religioso tenía una autorización de 1912 para realizar entierros en la capilla del convento, pero las Cortes de la II República habían anulado este tipo de privilegios. El alcalde de Sevilla logró la autorización del ministro de la Gobernación para esto, atendiendo al reconocimiento del pueblo hacia esta persona. Un telegrama del nuncio al arzobispo de Sevilla informó de la autorización del Ministerio de la Gobernación, añadiendo además un pésame y un comentario sobre sus plegarias por este suceso. En el entierro estuvieron el cardenal Ilundain, numerosas personalidades y las autoridades municipales. En el momento de depositar su ataúd en la cripta, un obrero puso un ramo de claveles que había comprado. Su cuerpo permaneció incorrupto a pesar de no haber sido embalsamado.
El 29 de octubre de 1982, en una ceremonia presidida por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo, el cuerpo fue trasladado de la cripta de la iglesia a otro sepulcro para que su cuerpo incorrupto pudiera ser venerado por los fieles.
En una carta de 1927 escribió que muchos que habían presenciado el cuidado que realizaban a los enfermos se habían convertido y puesto en gracia de Dios.
En 1928 tuvo lugar otro capítulo general, en el que por razones de salud, cesó en su cargo de superiora general. Para esto, fue elegida sor Gloria, aunque sor Ángela continuó siendo "superiora general honoraria".
En 1929 tuvo lugar en Sevilla el Congreso Mariano Hispano-Americano. El obispo Narciso de Estenaga, prior de las órdenes militares de España, que había acudido a Sevilla para este congreso, tenía muchas ganas de conocer a sor Ángela. Al llegar a la Casa Madre le puso a la santa su anillo episcopal en el dedo meñique y le dijo que no se lo quitase en toda la visita. Cuando se marchó, cogió el anillo y lo besó, como si se tratase de una reliquia de manos de la santa.
El convento de Málaga fue fundado el 25 de marzo de 1931.
En 1931 se proclamó la II República Española y tuvieron lugar asaltos e incendios de iglesias y conventos. Las hermanas de la Cruz de Sevilla no fueron molestadas. Sin embargo, el 11 de mayo quemaron el Palacio Episcopal de Málaga y el obispo san Manuel González y las monjas que allí se encontraban tuvieron que marcharse. 125126 Sor Ángela escribió a las monjas de los distintos pueblos una carta que decía:
Pensarán que las tengo olvidadas; al contrario, ahora las tengo presentes, con tantos acontecimientos tristes y desagradables. […] ¡Qué hermoso es el amor fraterno y qué hermoso el espíritu de hermana de la Cruz en lo próspero y en lo adverso […]!
Capilla de Santa Ángela de la Cruz. Bajo el altar se encuentra expuesto el cuerpo de Santa Ángela. A la derecha, está la tumba de Santa María de la Purísima. En el retablo está la Virgen de la Salud de Iglesia de Santa Lucía. Tiene en sus manos una corona y una cruz, para lucir tal y como fue contemplada por Santa Ángela en una visión interior. Casa Madre de las Hermanas de la Cruz. Sevilla.
Falleció el 2 de marzo de 1932 como consecuencia de un accidente cerebrovascular. El cuerpo estuvo expuesto en la Casa Madre y, entre el miércoles y el sábado, pasaron para verla entre 60.000 y 70.000 personas. El instituto religioso tenía una autorización de 1912 para realizar entierros en la capilla del convento, pero las Cortes de la II República habían anulado este tipo de privilegios. El alcalde de Sevilla logró la autorización del ministro de la Gobernación para esto, atendiendo al reconocimiento del pueblo hacia esta persona. Un telegrama del nuncio al arzobispo de Sevilla informó de la autorización del Ministerio de la Gobernación, añadiendo además un pésame y un comentario sobre sus plegarias por este suceso. En el entierro estuvieron el cardenal Ilundain, numerosas personalidades y las autoridades municipales. En el momento de depositar su ataúd en la cripta, un obrero puso un ramo de claveles que había comprado. Su cuerpo permaneció incorrupto a pesar de no haber sido embalsamado.
El 29 de octubre de 1982, en una ceremonia presidida por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo, el cuerpo fue trasladado de la cripta de la iglesia a otro sepulcro para que su cuerpo incorrupto pudiera ser venerado por los fieles.