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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Veneración...

Veneración

La veneración de san Martín fue muy popular en la Edad Media, sobre todo en la región entre el Loira y el Marne, donde Le Roy Ladurie y Zysberg observaron la mayor acumulación de topónimos conmemorativos.​ Venancio Fortunato ya había declarado: «Dondequiera que se conoce a Cristo, se honra a san Martín».​

Cuando el obispo Perpetuo tomó posesión de su cargo como obispo de Tours en el 461, la pequeña capilla sobre la tumba de Martín, construida en el siglo anterior por el sucesor inmediato de Martín, Bricio, ya no era suficiente para la multitud de peregrinos que atraía. Perpetuo construyó una basílica más grande, de 38 m de largo y 18 m de ancho, con 120 columnas. El cuerpo de Martín fue trasladado de la sencilla capilla de su ermita en Candes-St-Martin a Tours y su sarcófago fue enterrado de nuevo detrás del altar mayor de la nueva basílica.​ Un gran bloque de mármol sobre la tumba, regalo del obispo Eufronio de Autun (472-475), la hacía visible a los fieles reunidos detrás del altar mayor.

La popularidad de san Martín puede atribuirse en parte a su adopción por las sucesivas casas reales de Francia. Clodoveo, rey de los francos salios, una de las muchas tribus beligerantes de la Francia del siglo VI, prometió a su esposa cristiana Clotilde que se bautizaría si salía victorioso sobre los alemanes. Atribuyó a la intervención de san Martín su éxito y varios triunfos posteriores, incluida la derrota de Alarico II. La devoción popular a san Martín siguió estando estrechamente identificada con la monarquía merovingia: a principios del siglo VII, Dagoberto I encargó al orfebre san Eligio la realización de una obra en oro y gemas para la tumba-santuario. El obispo Gregorio de Tours escribió y difundió una influyente Vida de san Martín de Tours llena de acontecimientos milagrosos de su carrera. El culto a Martín sobrevivió al paso del poder a los sucesores de los merovingios, la dinastía carolingia.

Su festividad litúrgica se celebra el 11 de noviembre. Esta fecha coincidía en muchas regiones de España con el período de la matanza del cerdo, y de ahí vino el origen de la expresión española «A cada cerdo le llega su San Martín».​

Santa Teresita del Niño Jesús llevaba en su breviario una estampa de san Martín de Tours, que le recordaba la importancia del amor al prójimo.

En 2005, el Consejo Europeo aprobó la ruta de san Martín de Tours por diversos países europeos vinculados con el santo.