Italia: Roma y Calabria
Pero, en 1090, después de su vida solitaria en Chartreuse, su antiguo alumno en Reims, el papa Urbano II, lo llama a Roma para que le ayude en la prosecución de la Reforma Gregoriana, fuertemente impulsada por varios papas anteriores, especialmente por su antecesor, Gregorio VII, de quien la reforma toma el nombre. Por obediencia al papa, Bruno deja la Cartuja para dirigirse a Roma.
Sin embargo, San Bruno no termina por adaptarse al ambiente curial y consigue que el papa Urbano II confirme la existencia en él de una llamada divina, de una vocación a la vida monástica contemplativa vivida en total soledad. Así, al año de llegar a Roma, en 1091, Urbano II concede a san Bruno poder retirarse de nuevo para vivir una vida totalmente eremítica. Sin embargo, el papa le pide que no se aparte de Italia. De este modo, en vez de volver a la Cartuja, San Bruno se retira a la región de Calabria, donde funda su segundo eremitorio, Santa María della Torre. Antes, san Bruno había rehusado aceptar el arzobispado de Reggio Calabria, en Italia, que el mismo sumo pontífice le ofrecía.
Finalmente, san Bruno recupera su amada soledad. Allí vive durante sus diez últimos años de vida en la tierra, hasta su muerte el domingo 6 de octubre (día de su fiesta litúrgica) de 1101.
Pero, en 1090, después de su vida solitaria en Chartreuse, su antiguo alumno en Reims, el papa Urbano II, lo llama a Roma para que le ayude en la prosecución de la Reforma Gregoriana, fuertemente impulsada por varios papas anteriores, especialmente por su antecesor, Gregorio VII, de quien la reforma toma el nombre. Por obediencia al papa, Bruno deja la Cartuja para dirigirse a Roma.
Sin embargo, San Bruno no termina por adaptarse al ambiente curial y consigue que el papa Urbano II confirme la existencia en él de una llamada divina, de una vocación a la vida monástica contemplativa vivida en total soledad. Así, al año de llegar a Roma, en 1091, Urbano II concede a san Bruno poder retirarse de nuevo para vivir una vida totalmente eremítica. Sin embargo, el papa le pide que no se aparte de Italia. De este modo, en vez de volver a la Cartuja, San Bruno se retira a la región de Calabria, donde funda su segundo eremitorio, Santa María della Torre. Antes, san Bruno había rehusado aceptar el arzobispado de Reggio Calabria, en Italia, que el mismo sumo pontífice le ofrecía.
Finalmente, san Bruno recupera su amada soledad. Allí vive durante sus diez últimos años de vida en la tierra, hasta su muerte el domingo 6 de octubre (día de su fiesta litúrgica) de 1101.