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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Sus últimos años...

Sus últimos años

En efecto, sus últimos doce años serían todavía más difíciles y dolorosos, por los agudos sufrimientos físicos, los tormentos espirituales, los esfuerzos agotadores por ganar reconocimiento para la congregación y la existencia de amargas contiendas dentro de la misma.

Junto con la necesidad de la aprobación vaticana de su regla, se requería también la obtención de la aprobación del monarca reinante en Nápoles, en ese tiempo bajo el control de España, Alfonso sintió que su proyecto estaba atrapado en medio de las tensiones entre la Iglesia y el Estado.

Prácticamente ciego, e incapacitado para dirigir personalmente a su grupo, fue expulsado de la orden que él mismo había fundado como consecuencia de no haber leído un documento de vital importancia antes de firmarlo. Ni siquiera su virtual ceguera y su salud declinante fueron aceptadas como atenuantes. De manera que tuvo que atravesar por circunstancias eclesiásticas sumamente amargas a causa de la irregular situación canónica de los redentoristas del reino de Nápoles; es más, se vio alejado de su propia congregación por una decisión equivocada del papa Pío VI en 1780.​ Con todo, Alfonso no levantó jamás su voz contra la autoridad de Roma y murió a la hora del Angelus del 1 de agosto de 1787.

Poco después de su muerte cesaron las divisiones en su congregación y se reconocieron los errores cometidos contra él. Los redentoristas obtuvieron el reconocimiento pleno y se expandieron primero por Europa y América del Norte, hasta totalizar hoy su presencia en 78 países del mundo.