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Santos del día 16 de Agosto: Serena, Roque, Esteban, Tito.

SERENA

Del adjetivo latino serenus, serena, que significa tranquilo - tranquila, apacible, brillante, feliz. Forman parte del mismo grupo léxico el verbo serenare y el nombre serénitas. Se dan dos etimologías razonables: una que hace proceder esta raíz de eirhnh (eiréne), paz, porque un cielo sereno se caracteriza por la ausencia de tormentas; y otra que lo relaciona con el adjetivo xeroV (xerós), que significa seco y se refiere igualmente al cielo sin nubes, totalmente despejado.

Este adjetivo se refiere en su origen al tiempo atmosférico, sobre todo al aspecto del cielo, y por analogía se ha extendido su aplicación a otras cosas y en especial ha pasado a denominar un estado anímico tan alegre y luminoso como un cielo despejado. Es ciertamente un nombre muy singular, evocador y de extraordinaria belleza, que mantiene su condición de selecto y exquisito, por lo que no se ha extendido en exceso.

Santa Serena fue emperatriz romana de finales del siglo III. Fue esposa nada menos que de Diocleciano. La cruelísima persecución que desencadenó este emperador contra los cristianos en los últimos años de su reinado, después de un largo período de paz, movió a piedad el corazón de Serena, que intercedió repetidamente ante su esposo para que pusiera fin a tantos y tan crueles martirios. Pero no amainó la tormenta, sino que fue in crescendo. Y llegó a ser tal la admiración que despertó en Serena el valor de los cristianos, que acabó sintiéndose atraída por aquella fe tan recia y se convirtió al cristianismo, siendo bautizada por san Ciríaco.

A pesar de la severidad con que se perseguía a los cristianos, Serena pudo practicar su fe en la corte sin ser molestada por nadie. La corte imperial era inaccesible a los jueces, y el emperador amaba demasiado a su esposa como para incomodarse por su fe después de haberla tolerado tantos años. Pudo por tanto Serena acabar sus días en paz, reconfortando a los cristianos perseguidos. La Iglesia la elevó al honor de los altares y conmemora su fiesta el 16 de agosto, el día siguiente de la Asunción.

Serena es también el nombre que se da en Italia a la composición poética o musical de los trovadores, llamada también serenata, canto propio de la noche, en oposición a las alboradas y cantos de la mañana. Serena se llaman también una comarca de la provincia de Badajoz, un departamento de Chile, con su capital llamada también Serena, fundada por Juan Bohón "un lunes 15 de noviembre de 1543" en recuerdo de la comarca española de este mismo nombre. Y el título de serenísima llevaron siempre muy dignamente la república y la ciudad de Venecia.

Es el de Serena uno de esos nombres llenos de virtud, que actúan como un talismán en la persona que lo lleva. Es casi imposible que una mujer se llame Serena y no penetre la serenidad en su alma, en sus gestos, en su porte, en su mirada. Cada vez que alguien pronuncia su bello nombre, emana de él, y acaso también de ella, un rayo de serenidad. Es realmente un nombre de emperatriz. ¡Felicidades por tan espléndido nombre!

ROQUE

Es probablemente un nombre de origen persa; en esta lengua roj significa "carro de guerra" y también "torre de ajedrez" (de ahí el término de "enrocar"). Pero el fonema "rro", siempre relacionado con manifestaciones de fortaleza y poder, como la guerra, el rugido, el estruendo, la roca, el trueno, está presente en las lenguas de nuestra cultura, por lo que se ha buscado un posible origen de Roque en el germánico hroc, que significa "grito de guerra".

En cuanto a las palabras españolas roca, roque, roquedal, se considera muy probable que sea de origen celta, igual que guerra y carro, que también lo son y tienen estructura análoga. Como nombre propio nos viene de Francia, donde evoca también la idea de roca y de resistencia. En español tenemos los derivados roqueda, roquedo y roquedal referidos a roca, por una parte; y por otra, como forma propia de las Canarias, el nombre de Roque para varios islotes y peñascos del archipiélago: el Roque de Garachico, el Roque Bermejo, los Roques de Anaga, el Roque del Este...

San Roque fue uno de los grandes ejemplos de caridad cristiana que conmovieron primero a Francia y luego a toda la cristiandad. Nació en Montpellier hacia el año 1295. Era hijo único de familia noble y rica, con poder político en la ciudad, por lo que recibió una educación exquisita.
Dicen sus cronistas que cuando nació ocurrieron grandes prodigios que presagiaban que el recién nacido resplandecería por sus virtudes. A los veinte años, tras la muerte de su padre, vendió todos sus bienes, repartió el dinero entre los pobres y emprendió peregrinación hacia Roma, para visitar los sepulcros de san Pedro y san Pablo.

Y he aquí que ya en el camino, nada más pasar a Italia, las ciudades por las que pasaba estaban sufriendo el azote de la peste. Roque se entregó en cuerpo y alma a ayudar a los apestados, y pudo tanto su aura de santidad, que los habitantes de las ciudades a las que llegaba, estaban convencidos de que ante su presencia huía la peste. Después de cumplido su compromiso religioso, continuó hacia Mantua, Módena, Parma y demás ciudades italianas donde la anunciaban que había peste, para ayudar a cuidar a los enfermos, que generalmente eran abandonados por miedo al contagio.

Tanto tiempo estuvo Roque en este menester, que finalmente se contagió; pero luchó por su vida como había luchado por la de los demás, y se curó. Al volver a su ciudad natal, ésta se hallaba en guerra y Roque, al que con aquel aspecto nadie conocía, fue tomado por espía y encarcelado. Murió en la prisión, cuando llevaba allí cinco años, en 1327. Por un documento que llevaba consigo, descubrieron quién era y le hicieron unos magníficos funerales. Con ocasión de una epidemia de peste que hubo en Montpellier en 1414, se encomendaron al santo, haciendo en su honor grandes procesiones; y la peste desapareció rapidísimamente. He ahí por qué se extendió la devoción a san Roque y llegó a ser su nombre tan apreciado.

En Francia, en España, en las ex-colonias portuguesas, en algunos países de la América hispana y en Brasil hay numerosas poblaciones con el nombre de Roque o San Roque. Un nombre que hace pensar en la fortaleza y la resistencia de las rocas, en la fuerza de voluntad. Un nombre que inspira confianza.

¡Felicidades!

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