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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la...

Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía,
17 de junio

Mensajes

Mensaje del Secretario General 2022

Las sequías son cada vez más frecuentes e intensas en todas las regiones.

El bienestar de cientos de millones de personas se ve comprometido por cada vez más tormentas de arena, incendios forestales, malas cosechas, desplazamientos y conflictos.

A mediados de siglo, tres cuartas partes de la población podría experimentar sequías.

Gran parte de la responsabilidad recae en el cambio climático, pero también en la forma en que gestionamos nuestras tierras.

La mitad de la población mundial ya soporta las consecuencias de la degradación de la tierra, y las mujeres y las niñas son las que pagan el precio más alto.

Podemos y debemos invertir esta espiral descendente.

Asegurar la productividad de la tierra y los suelos es una forma económica y favorable a los pobres de combatir el cambio climático y mejorar los medios de vida y el bienestar de las personas más pobres y vulnerables del mundo.

Empoderar a las mujeres como propietarias de tierras es también decisivo para restaurarlas.

Podemos restaurar las tierras por una fracción de lo que se gasta actualmente en subsidios perniciosos para el medio ambiente.

Cada dólar invertido en restaurar tierras puede generar 30 veces más en beneficios.

En África, la Gran Muralla Verde del Sahel ya ha restaurado millones de hectáreas y ha creado miles de puestos de trabajo, desde Dakar hasta Djibouti.

Sin embargo, queda mucho por hacer.

Cuidar nuestras tierras y su biodiversidad puede ayudarnos a afrontar la crisis climática y a alcanzar todos nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Actuemos ahora para proteger nuestro futuro de la sequía.

Mensaje de la Sra. Audrey Azoulay,
Directora General de la UNESCO,
con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía
17 de junio de 2022

Con frecuencia tenemos tendencia a asociar el desierto con el vacío y la ausencia. Sin embargo, ahora sabemos que en él se han adaptado y desarrollado complejos ecosistemas, y que incluso en la historia de la humanidad, estos espacios han sido a menudo verdaderas encrucijadas de circulación e intercambio.

A pesar de que el desierto puede albergar la vida, su avance, en cambio, supone una amenaza porque perturba especies, paisajes y sociedades que habían construido un delicado equilibrio con la vegetación y las masas de agua que el desierto engulle a su paso.

Ahora bien, la desertificación y las sequías no son inevitables, pues la humanidad interviene a este respecto, porque contribuye a provocarlas, pero también porque puede ayudar a encontrar una solución.

Para ello, primero debe comprender y analizar los errores cometidos en el pasado y las causas de la desertificación y la sequía. La UNESCO, que es la casa de la ciencia y la educación, se esfuerza por suscitar esa toma de conciencia midiendo y analizando este fenómeno. Este es el objetivo de nuestro proyecto de Atlas de la Sequía, por ejemplo, o del programa de seguimiento que estamos llevando a cabo en África y América Latina.

Sobre esta base de conocimiento debe construirse la cooperación que celebramos hoy en el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, en torno al tema “Juntos contra la sequía”.

La cooperación es un deber de la comunidad internacional y precisamente con ese propósito el mes pasado se celebró en Abiyán la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención de Lucha contra la Desertificación, que culminó con el compromiso histórico de acelerar la restauración de mil millones de hectáreas de tierras degradadas de aquí a 2030. Sin duda, ese compromiso también se verá respaldado por los debates mantenidos en Dakar en marzo en el marco del Foro Mundial del Agua.

Esta cooperación debe ir más allá, porque “todos juntos” no sólo significa todos los países, sino también todas las disciplinas, todas las comunidades locales, todas las asociaciones, las empresas, etc. De hecho, la desertificación y la sequía son problemas transversales y polifacéticos que afectan a regiones sumamente variadas.

La UNESCO tiene en cuenta la diversidad de estos asuntos y esa conciencia nos guía, por ejemplo, en nuestra labor relativa al proyecto Biosfera y Patrimonio del Lago Chad (BIOPALT) en torno al lago Chad. En esta región, y junto a las comunidades locales, estamos aplicando un enfoque transversal para prevenir mejor las inundaciones y las sequías, pero también para valorizar mejor los recursos naturales y culturales. Lo cierto es que son las sociedades en su conjunto las que pueden luchar contra la desertificación.

La celebración de este Día Mundial consiste en lograr una movilización generalizada y defender juntos esta causa.