En 1972, un traumático incendio arrasó el Santuario; cuatro años después, se erigía el nuevo, ideado por Bofill
Todavía con la decepción popular a flor de piel, la basílica revivió con el proyecto del arquitecto Ricardo Bofill y su particular “recreación del románico”. En 1974 presentó una propuesta, que se inauguró en 1976 con una nueva construcción que sintetiza y combina las formas del mundo románico y las ruinas del viejo Santuario –rehabilitadas posteriormente en 1994– con elementos del Renacimiento y del arte islámico, entre otros.
No fue la ambiciosa idea inicial, con grandes esculturas y anfiteatros, pero sí una más integrada cómodamente en la naturaleza y el paisaje, puntos fuertes y característicos del Principado. “Todos los grandes caminos de Andorra se encuentran en Meritxell y creo que el arquitecto Bofill supo interpretarlo muy bien”, asegura padre Ramon, mientras remarca parte del simbolismo destacando que hay partes de la basílica que hacen pensar en el budismo (el claustro grande, abierto, y la luz que proporciona), el islam (las arcadas pequeñas y la fuente, que recuerdan a la Alhambra de Granada) y el cristianismo “en medio, como comunión de todo. Meritxell hace gala de acogida y servicio a todos los ciudadanos de las siete parroquias andorranas. Además, acoge a todos los visitantes, turistas y peregrinos.
Porque en Meritxell todo el mundo es bienvenido”, añade. En el Santuario podemos presenciar una cantada y coloreada misa rociera, una baturra o budistas tocando a la Virgen. Todavía hoy, muchas madres se desplazan hasta allí para dar gracias por el nacimiento de sus hijos presentándolos a la Virgen, o para pedir fecundidad.
Músicos de la ONCA durante el concierto 'Dolce Corda' celebrado en el antiguo Santuario de Meritxell, el día siguiente de la fiesta (ONCA) AMPLIAR
En 2003, el nuevo Santuario fue declarado monumento de interés cultural del patrimonio del Principado. La importancia del templo sirvió para que el papa Francisco le otorgara el título de Basílica Menor en 2014 y, a partir de entonces, forma parte de la denominada Ruta Mariana, junto con otros cuatro santuarios de España y Francia: el de Pilar, en Zaragoza; el de Montserrat, en Barcelona, el de Torreciudad, en Huesca, y el de Lourdes, en los Altos Pirineos franceses.
Esta ruta, que se promociona en más de 150 países, acoge en torno a doce millones de peregrinos entre los cinco santuarios, lo cual refleja su gran atractivo cultural, religioso y turístico. Y, a diferencia de otros más masificados, el de Andorra es un espacio más diáfano, que recibe a 200.000 visitantes anuales. Cada 8 de septiembre, además, llegan unos cinco mil peregrinos atraídos por la virgen, su experiencia espiritual haciendo el camino, la arquitectura de la basílica y las diferentes exposiciones que acoge, como Meritxell memoria –un repaso a toda su historia– o, gracias a la donación de Pere Roquet Ribó, la mayor colección de biblias del mundo, formada por más de 1.200 ejemplares, entre biblias y nuevos testamentos, en diferentes idiomas, y que ha recibido muchísimas visitas desde que se inauguró, en septiembre de 2016.
Aunque durante la Fiesta se celebran varios actos en otros comuns, en Canillo el poder de atracción de Meritxell queda claro cada 8 de septiembre. Este año, peregrinajes, eucaristías y conciertos han marcado de nuevo la Fiesta, que arrancó la noche antes con la Vela de Santa Maria de Meritxell, y que contó con una procesión de antorchas desde el monumento de los Pariatges hasta la iglesia, pasando por los jardines del Santuario.
Todavía con la decepción popular a flor de piel, la basílica revivió con el proyecto del arquitecto Ricardo Bofill y su particular “recreación del románico”. En 1974 presentó una propuesta, que se inauguró en 1976 con una nueva construcción que sintetiza y combina las formas del mundo románico y las ruinas del viejo Santuario –rehabilitadas posteriormente en 1994– con elementos del Renacimiento y del arte islámico, entre otros.
No fue la ambiciosa idea inicial, con grandes esculturas y anfiteatros, pero sí una más integrada cómodamente en la naturaleza y el paisaje, puntos fuertes y característicos del Principado. “Todos los grandes caminos de Andorra se encuentran en Meritxell y creo que el arquitecto Bofill supo interpretarlo muy bien”, asegura padre Ramon, mientras remarca parte del simbolismo destacando que hay partes de la basílica que hacen pensar en el budismo (el claustro grande, abierto, y la luz que proporciona), el islam (las arcadas pequeñas y la fuente, que recuerdan a la Alhambra de Granada) y el cristianismo “en medio, como comunión de todo. Meritxell hace gala de acogida y servicio a todos los ciudadanos de las siete parroquias andorranas. Además, acoge a todos los visitantes, turistas y peregrinos.
Porque en Meritxell todo el mundo es bienvenido”, añade. En el Santuario podemos presenciar una cantada y coloreada misa rociera, una baturra o budistas tocando a la Virgen. Todavía hoy, muchas madres se desplazan hasta allí para dar gracias por el nacimiento de sus hijos presentándolos a la Virgen, o para pedir fecundidad.
Músicos de la ONCA durante el concierto 'Dolce Corda' celebrado en el antiguo Santuario de Meritxell, el día siguiente de la fiesta (ONCA) AMPLIAR
En 2003, el nuevo Santuario fue declarado monumento de interés cultural del patrimonio del Principado. La importancia del templo sirvió para que el papa Francisco le otorgara el título de Basílica Menor en 2014 y, a partir de entonces, forma parte de la denominada Ruta Mariana, junto con otros cuatro santuarios de España y Francia: el de Pilar, en Zaragoza; el de Montserrat, en Barcelona, el de Torreciudad, en Huesca, y el de Lourdes, en los Altos Pirineos franceses.
Esta ruta, que se promociona en más de 150 países, acoge en torno a doce millones de peregrinos entre los cinco santuarios, lo cual refleja su gran atractivo cultural, religioso y turístico. Y, a diferencia de otros más masificados, el de Andorra es un espacio más diáfano, que recibe a 200.000 visitantes anuales. Cada 8 de septiembre, además, llegan unos cinco mil peregrinos atraídos por la virgen, su experiencia espiritual haciendo el camino, la arquitectura de la basílica y las diferentes exposiciones que acoge, como Meritxell memoria –un repaso a toda su historia– o, gracias a la donación de Pere Roquet Ribó, la mayor colección de biblias del mundo, formada por más de 1.200 ejemplares, entre biblias y nuevos testamentos, en diferentes idiomas, y que ha recibido muchísimas visitas desde que se inauguró, en septiembre de 2016.
Aunque durante la Fiesta se celebran varios actos en otros comuns, en Canillo el poder de atracción de Meritxell queda claro cada 8 de septiembre. Este año, peregrinajes, eucaristías y conciertos han marcado de nuevo la Fiesta, que arrancó la noche antes con la Vela de Santa Maria de Meritxell, y que contó con una procesión de antorchas desde el monumento de los Pariatges hasta la iglesia, pasando por los jardines del Santuario.
