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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Día Internacional de las Remesas Familiares...

Día Internacional de las Remesas Familiares
16 de junio

Desarrollo

Las remesas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En 2015, los Estados Miembros hicieron un llamamiento a la acción para erradicar la pobreza mundial, reducir la desigualdad económica y situar al mundo en el camino hacia la sostenibilidad: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En este documento se afirma la necesidad de alcanzar 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible específicos (ODS) y propone varias maneras de movilizar los recursos adicionales necesarios para llevar a cabo este programa ambicioso, pero alcanzable. En concreto, el ODS nº10 se refiere a la seguridad del proceso migratorio.

Durante más de un siglo, la población se ha desplazado de las zonas rurales a las urbanas y ha cruzado las fronteras nacionales en busca de mejores oportunidades. De los 250 millones de personas que viven actualmente fuera de sus países de origen, aproximadamente 200 millones de migrantes abandonaron sus hogares con el fin de enviar remesas a sus familias, para que no todos tuvieran que migrar, y solucionar los problemas que causan la migración.

Por lo tanto, ayudar a que las familias receptoras de remesas maximicen el beneficio para el desarrollo de sus propios recursos es vital para alcanzar los ODS. La comunidad internacional puede considerar a los migrantes y a sus familias como agentes de cambio y socios clave en esta iniciativa.

La sinergia potencial entre la cantidad de remesas y la consecución de los ODS es evidente: se calcula que entre 2015 y 2030 mil millones de personas enviarán o recibirán remesas internacionales a países en desarrollo por un valor de 6,5 billones de dólares USD.

Durante la última década, la atención se ha centrado principalmente en la parte emisora de las remesas, en particular el volumen de las transacciones agregadas y los costes de las operaciones, principalmente de países desarrollados a países en desarrollo. La dimensión global de este fenómeno es impresionante: en 2017 se enviaron 481 000 millones de dólares USD, una cantidad más de tres veces superior a la ayuda oficial para el desarrollo.

Se calcula que el 75 por ciento de las remesas se destina a atender necesidades básicas y el 25 por ciento restante se utiliza para otros propósitos.

Si bien nos interesan los datos sobre los flujos totales de remesas, es más importante la cantidad de dólares que se envían a alguien en concreto de manera regular, que pueden ser tan solo unos cientos de dólares. Esa cantidad representa el 60 por ciento del ingreso total de muchos hogares y, si se usa de manera eficiente, puede mejorar notablemente la calidad de vida de los migrantes y de sus comunidades de origen.

Con estas cantidades aparentemente modestas, la mayoría de las familias receptoras intentan alcanzar «sus propios ODS»: reducir la pobreza, mejorar la salud y la nutrición, las opciones educativas, la vivienda y el saneamiento, la actividad empresarial, facilitar la inclusión financiera y reducir la desigualdad. También pueden hacer frente a la incertidumbre mediante el ahorro y la adquisición de bienes para asegurarse un futuro más estable.

En este sentido, los ODS brindan una oportunidad única en la que convergen los objetivos de las remesas familiares, las estrategias del sector privado para abrir mercados nuevos y el papel tradicional de la sociedad civil para fomentar cambios positivos. En particular:

La inclusión financiera y la alfabetización de las familias receptoras de remesas pueden aumentar las oportunidades de ahorro e inversión en la economía formal. A su vez, estos mecanismos pueden aumentar el capital humano de estas familias y mejorar su calidad de vida a través de la educación, la salud y la vivienda.
Las inversiones de los migrantes, más allá de las remesas, pueden cambiar el panorama de desarrollo de las comunidades locales, si se les da las opciones apropiadas.
La mejora de los mercados de remesas, a través de un marco legal y regulatorio adaptado, más transparencia y competitividad, pueden reducir los costes y dejar más recursos para las familias receptoras.
Como fondos privados que son, las remesas que envían los migrantes no reducen o sustituyen la necesidad de recursos adicionales, tanto públicos como privados. Sin embargo, el impacto potencial en el desarrollo de las remesas y las inversiones de los migrantes sólo puede lograrse plenamente con el apoyo de las políticas y prioridades públicas coherentes y realistas, aparejadas con iniciativas del sector privado.

El Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular nos permite aprovechar el reconocimiento creciente de que las remesas enviadas por los migrantes a sus familias son fundamentales para que los gobiernos, las organizaciones internacionales y otros socios cumplan sus objetivos de desarrollo sostenible.