Bernardette después de las apariciones.
La humilde jovencita escogida para tan gran misión, permaneció después de las apariciones como era antes, es decir la Virgen se encargo de conservarla sencilla, humilde y modesta. No le gustaban el bullicio ni la popularidad.
Pasaba como una mas, excepto por sus virtudes, por su inocencia, su candor y rectitud en su obrar. Hizo su primera comunión el mismo año 1858, el 3 de junio, día de Corpus Christi. Nada espectacular sucedió excepto que ella había piadosamente recibido a Jesús.
Dios seguía visitándola, no con brillantes apariciones, sino por la prueba amarga de los sufrimientos: de la incomprensión, burla, casi siempre estaba enferma, soportaba dolores de toda clase, recogida y resignada con paciencia. Sufría de asma crónica, tuberculosis, vómitos de sangre, aneurisma, gastralgia, tumor de una rodilla, caries en los huesos, abscesos en los oídos que le ocasionaron sordera, que esta se le quito hasta un poco antes de su muerte.
La Virgen le dijo a Bernardette: "No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo." Y estas palabras de la Virgen se cumplieron plenamente en nuestra santa. Mucho tuvo que sufrir durante su vida hasta su muerte a los 35 años. La salud de Bernardette era muy delicada, muchas veces tenía que estar en cama con fiebre; tenía días bien críticos con ataques de asma que muchas veces eran bien dolorosos.
Muchos encontraban cura en la fuente de Lourdes, pero no Bernardette. Un día le preguntaron: " ¿No tomas del agua de la fuente? Estas aguas han curado a otros, ¿por qué no a ti? Esta pregunta insidiosa pudo haberse convertido en una tentación para Bernardette en no creer en la aparición, pero ella no se turbó. Le respondió:
"La Virgen Santísima quizás desea que yo sufra. Lo necesito."
¿Porqué tú más que otros?
-"El buen Dios solo lo sabe."
¿regresas algunas veces a la gruta?
-"Cuando el Párroco me lo permite."
¿Porqué no te lo permite todo el tiempo?
-"Porque todos me seguirían."
Antes habías ido aún cuando se te había prohibido
- "Eso fue porque fui presionada."
La Virgen Santísima te dijo que serías feliz en el otro mundo, así que estas segura de ir al cielo.
-"Oh no, eso será solo si obro bien."
¿Y no te dijo Ella que hacer para ir al cielo?
-"Nosotros lo sabemos muy bien; no es necesario que yo lo diga."
La humilde jovencita escogida para tan gran misión, permaneció después de las apariciones como era antes, es decir la Virgen se encargo de conservarla sencilla, humilde y modesta. No le gustaban el bullicio ni la popularidad.
Pasaba como una mas, excepto por sus virtudes, por su inocencia, su candor y rectitud en su obrar. Hizo su primera comunión el mismo año 1858, el 3 de junio, día de Corpus Christi. Nada espectacular sucedió excepto que ella había piadosamente recibido a Jesús.
Dios seguía visitándola, no con brillantes apariciones, sino por la prueba amarga de los sufrimientos: de la incomprensión, burla, casi siempre estaba enferma, soportaba dolores de toda clase, recogida y resignada con paciencia. Sufría de asma crónica, tuberculosis, vómitos de sangre, aneurisma, gastralgia, tumor de una rodilla, caries en los huesos, abscesos en los oídos que le ocasionaron sordera, que esta se le quito hasta un poco antes de su muerte.
La Virgen le dijo a Bernardette: "No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo." Y estas palabras de la Virgen se cumplieron plenamente en nuestra santa. Mucho tuvo que sufrir durante su vida hasta su muerte a los 35 años. La salud de Bernardette era muy delicada, muchas veces tenía que estar en cama con fiebre; tenía días bien críticos con ataques de asma que muchas veces eran bien dolorosos.
Muchos encontraban cura en la fuente de Lourdes, pero no Bernardette. Un día le preguntaron: " ¿No tomas del agua de la fuente? Estas aguas han curado a otros, ¿por qué no a ti? Esta pregunta insidiosa pudo haberse convertido en una tentación para Bernardette en no creer en la aparición, pero ella no se turbó. Le respondió:
"La Virgen Santísima quizás desea que yo sufra. Lo necesito."
¿Porqué tú más que otros?
-"El buen Dios solo lo sabe."
¿regresas algunas veces a la gruta?
-"Cuando el Párroco me lo permite."
¿Porqué no te lo permite todo el tiempo?
-"Porque todos me seguirían."
Antes habías ido aún cuando se te había prohibido
- "Eso fue porque fui presionada."
La Virgen Santísima te dijo que serías feliz en el otro mundo, así que estas segura de ir al cielo.
-"Oh no, eso será solo si obro bien."
¿Y no te dijo Ella que hacer para ir al cielo?
-"Nosotros lo sabemos muy bien; no es necesario que yo lo diga."