“Y si lloran por hambre, amamántelos. A las madres les digo: Amamanten a los niños, tranquilas, el Señor quiere esto. Porque, ¿dónde está el peligro? En que ellos también tienen una vocación polifónica: comienza a llorar uno y el otro hace el contrapunto, y luego otros ¡y al final tenemos un coro de llanto!”, dijo el Pontífice.