ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Ahora, cuando en esta peregrinación de la fe nos acercamos...

Ahora, cuando en esta peregrinación de la fe nos acercamos al final del segundo Milenio cristiano, la Iglesia, mediante el magisterio del Concilio Vaticano II, llama la atención sobre lo que ve en sí misma. como un « único Pueblo de Dios... radicado en todas las naciones de la tierra », y sobre la verdad según la cual todos los fieles, aunque a esparcidos por el haz de la tierra comunican en el Espíritu Santo con los demás », (66) de suerte que se puede decir que en esta unión se realiza constantemente el misterio de Pentecostés. Al mismo tiempo, los apóstoles y los discípulos del Señor, en todas las naciones de la tierra « perseveran en la oración en compañía de María, la madre de Jesús » (cf. Hch 1, 14). Constituyendo a través de las generaciones « el signo del Reino » que no es de este mundo, (67) ellos son asimismo conscientes de que en medio de este mundo tienen que reunirse con aquel Rey, al que han sido dados en herencia los pueblos (Sal 2, 8), al que el Padre ha dado « el trono de David su padre », por lo cual « reina sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin ».