19. Efectivamente en María "todo es relativo a Cristo" (Marialis cultus, 25). De ahí se deduce que "sólo en el misterio de Cristo se aclara plenamente su misterio" (Redemptoris Mater, 4; cf. ib. 19), y que, cuanto más la Iglesia profundiza en el misterio de Cristo, tanto más comprende la singular dignidad de la Madre del Señor y su papel en la historia de la salvación. Pero, en cierto modo, también es verdad lo contrario: en efecto la Iglesia, a través de María, "testigo excepcional del misterio de Cristo" (ib., 27), ha profundizado en el misterio de la kenosis del "Hijo de Dios" (Lc 3, 38; cf. Flp 2, 58) que se hace en María "Hijo de Adán" (Lc 3, 38), ha conocido con mayor claridad las raíces históricas de "Hijo de David" (cf. Lc 1, 32), su inserción en el pueblo judío, su pertenencia al grupo de los "pobres del Señor".