Donde habite el olvido.
Antonio Santos
Se dice que cuando Hollywood se queda sin ideas recurre a los remakes y parece que cuando las editoriales se quedan sin mierda que vender a espuertas hacen memoria. En las últimas semanas hemos asistido atónitos a la presentación de tocho tras tocho de memorias. Aznar, Felipe, Solbes, Zapatero, Anguita… es como si ninguno quisiese caer en el olvido. El peligro precisamente de la memoria es que está compuesta de recuerdo y olvido y el olvido de ficción y realidad. ¿Quién no recuerda un histórico gol en el patio del colegio que ya nadie recuerda? Bien pensado: quizás mi chilena del noventa y tres fue más ortopédica que acrobática. No he leído ninguna, Dios me libre (confieso que he leído algún extracto del más tonto de los cinco), pero diré que lo de Zapatero sobraba, no nos ha dado tiempo a olvidarnos, lo de Anguita es ya redundante, como sus discursos castristas, acumula el tío tres publicaciones solo en 2013, y lo de Aznar… imagino que no sabe dónde está España o que yo realmente no he vivido nunca en ella, de todos modos esperaré impaciente a que saquen la película. No quiero perderme esos abdominales ni pensar en quién puede hacer de Botella sin que se acelere mi corazón. Viendo a los cinco magníficos en el escaparate digital de una web, pienso: ¿Por qué el libro electrónico no habrá heredado nada de la silla eléctrica? Me voy a leer; Montero Glez, solo para incondicionales.
Antonio Santos
Se dice que cuando Hollywood se queda sin ideas recurre a los remakes y parece que cuando las editoriales se quedan sin mierda que vender a espuertas hacen memoria. En las últimas semanas hemos asistido atónitos a la presentación de tocho tras tocho de memorias. Aznar, Felipe, Solbes, Zapatero, Anguita… es como si ninguno quisiese caer en el olvido. El peligro precisamente de la memoria es que está compuesta de recuerdo y olvido y el olvido de ficción y realidad. ¿Quién no recuerda un histórico gol en el patio del colegio que ya nadie recuerda? Bien pensado: quizás mi chilena del noventa y tres fue más ortopédica que acrobática. No he leído ninguna, Dios me libre (confieso que he leído algún extracto del más tonto de los cinco), pero diré que lo de Zapatero sobraba, no nos ha dado tiempo a olvidarnos, lo de Anguita es ya redundante, como sus discursos castristas, acumula el tío tres publicaciones solo en 2013, y lo de Aznar… imagino que no sabe dónde está España o que yo realmente no he vivido nunca en ella, de todos modos esperaré impaciente a que saquen la película. No quiero perderme esos abdominales ni pensar en quién puede hacer de Botella sin que se acelere mi corazón. Viendo a los cinco magníficos en el escaparate digital de una web, pienso: ¿Por qué el libro electrónico no habrá heredado nada de la silla eléctrica? Me voy a leer; Montero Glez, solo para incondicionales.