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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

MANDAMIENTO: No desearás la mujer de tu prójimo.

Estos días pasados, cuando leía los titulares y esquelas de la muerte de Alfredo Landa, protagonista de la Película "No desearás al vecino del quinto", recordé algo que leí hace ya bastante tiempo y que escribió un distinguido teólogo sobre la vigencia que aún tenía uno de los Mandamientos de la Ley de Dios, de las Tablas de Moisés...

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Decía este doctor en teología que cada día había más peliculas y novelas que tenían como base fundamental el adulterio. Es evidente, pues, que el Mandamiento "No desearás la mujer de tu prójimo" se refiere a un problema que atañe a la sociedad de cualquier época...

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Decía el buen hombre que, hoy, a la luz de nuevas experiencias, se pretende revisar las leyes y las normas morales que rigen las relaciones íntimas entre los hombres. Que se leían con toda tranquilidad artículos sobre el control de la natalidad, el aborto, el divorcio, el adulterio y la homosexualidad...

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Por otro lado, decía, al disminuir el temor a posibles embarazos por la difusión de determinados métodos o medicamentos anticonceptivos, el control del instinto sexual se había convertido en una cuestión estrictamente ética y personal...

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Desde el simple punto de vista de la moral esto resulta muy conveniente, pues una moral basada en el miedo no es auténtica.
Pero que no se engañen los que piensan que la norma bíblica, decía, está anticuada o fue promulgada para una sociedad primitiva o puritana...

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El mandamiento a que nos referimos, continuaba diciendo, formaba parte de un decálogo que debía servir de cimiento para unificar a doce tribus hasta entonces débilmente agrupadas y que atravesaban una etapa muy difícil. Mediante dicho mandamiento, los hebreos abrigaban la esperanza de alcanzar los objetivos siguientes:...

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El primer objetivo era, según este teólogo, la "estabilidad de la familia". Es decir, el derecho incuestionable e inmediato de heredar el apellido, la propiedad y el rango social de la familia. La prohibición del adulterio emanaba de la necesidad humana de saber con certeza que los hijos nacidos de un matrimonio habían sido engendrados por los cónyuges...

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Pero este mismo mandamiento, afirmaba, protege la estabilidad familiar en un sentido más amplio, más íntimo y universal. De siempre se ha considerado que la lealtad y la confianza mutua entre marido y mujer resultan indispensables para la estabilidad del hogar...

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Una familia no es un simple grupo de personas que viven bajo el mismo techo, sino un núcleo que, desprovisto de la confianza y la mutua estimación, se marchita bajo la envidia y la sospecha mutua...

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El segundo objetivo del mandamiento que comentamos es la "solidaridad colectiva". Para que las doce tribus dispersas se viesen animadas por un auténtico sentido de recíproca confianza al emprender la marcha por el desierto en busca de la Tierra Prometida, cada una de ellas necesitaba estar completamente segura de las intenciones de las otras. El adulterio conduce al desorden social y a las rivalidades entre familias...

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La tercera finalidad perseguida es la de la "seguridad personal". Era y es verdad que cada individuo debe saber qué lugar ocupa entre sus semejantes para poder caminar con confianza en el mundo más allá de nuestra familia, decía aquel distinguido teólogo. Consecuentemente, la persona que se siente segura en su vida familiar podrá afrontar cualquier tempestad que se le presente en la vida...

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Así, pues, la prohibición del adulterio no nace solamente de una condenación del acto sexual, sino de la necesidad de no violar un voto libremente formulado, de no quebrantar un compromiso libremente contraído...

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El adulterio es, por tanto, no sólo un pecado, sino una traición al honor familiar, una degradación de las relaciones humanas y un delito contra la sociedad. En efecto, por mucho que se mixtifique el problema en algunas películas y novelas contemporáneas, el adulterio pone en peligro la integridad personal de quienes lo cometen, puesto que violan un compromiso moral a la vez que rebaja las relaciones sexuales y destruye los cimientos de la familia y del hogar...

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Actualmente está muy de moda hablar de "la nueva moral" o de la "ética práctica". Tales teorías sostienen que debemos juzgar cada situación moral en sí misma y abstenernos de someterla a un código moral heredado de nuestros antepasados. Pero al analizar detenidamente la nueva moral siento la profunda convicción de que no tiene nada de nueva, decía el teólogo; a cualquier estudioso del Nuevo Testamento le resulta familiar...

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En la historia de la humanidad no existe ningún personaje que haya juzgado cada caso con tanta individualidad como lo hiciera Jesucristo. Cuando se refería a problemas personales siempre tenía en cuenta el principio del amor...

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A pesar de ello, no dudó nunca en separar el bien del mal, y siempre expresó la necesidad de llegar a un recto juicio moral...

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Resulta absurda la idea de que debemos desechar todos los dictados morales "heredados" y abrazar la nueva moral. Hay que decir que no nos valemos de aquéllos como principios absolutos, sino como aplicables a cualquier situación. En este sentido, los Diez Mandamientos resultan hoy tan actuales como lo eran en los días en que fueron promulgados, y deben ser entendidos como Nuestro Señor los explicó...

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Si marido y mujer, decía el distinguido teólogo, están estrechamente unidos por un mutuo amor y una fidelidad mutua, tal y como Dios lo quiere, no han de sentir deseo hacia otra persona...

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Este mandamiento ha sometido a las personas, y en especial a los hombres (A quienes se dirigía el SEñor), a un riguroso control sexual. Nuestra época está tan plagada de sensualidad difundida en la literatura, los espectáculos y los anuncios que, si lo pensamos bien, resulta increíble que sobrevivan la mederación y la honestidad...

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Si a los puritanos debe hacérseles graves acusaciones por la forma en que abordaron las cuestiones sexuales, los libertinos actuales son responsables de la descarada explotación que hacen de ellas. Al menos los puritanos dieron a las relaciones sexuales ilícitas la importancia de un grave pecado mortal; los libertinos de hoy las consideran como una diversión sin importancia...

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El problema presenta dos polos diferentes y opuestos: la sexualidad como simple placer frívolo o como vínculo hondo y duradero que ata a los humanos. Una persona o una sociedad que tarte frívolamente la cuestión sexual también considerará a la ligera al ser humano...

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A pesar de todo, una acatitud puramente negativa u hortil hacia las relaciones sexuales también resulta equivocada, y no está basada en ninguna tradición ni código religioso que, por el contrario, nos enseña lo siguiente:...

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Primero.- El instinto sexual del hombre es un don divino, y hemos de aceptarlo y considerarlo como tal. No sólo es el eslabón necesario para perpetuar la vida de una generación a otra, sino que su manifestación resulta indispensable para el adecuado crecimiento del individuo...

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La sexualidad ha sido ensalzada en las artes de todos los pueblos, y constituye un factor preponderante aunque tácito en todas las agrupaciones y relaciones humanas. Hasta aquellas personas que deciden permanecer célibes y vírgenes deben buscar alguna forma de sublimación de su instinto sexual; lo que no pueden ni deben hacer nunca es ocultarlo, hacer como que no existe...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Segundo.- El instinto sexual es tan poderoso que, a menos que se le emplee de una forma inteligente en la realización de la vida del ser humano acabará deformando la personalidad del indivíduo y destruyéndolo...