...
En casa nunca tuvimos perro pero sí peces, pájaros y patos. Los dos gorriones que tuvimos eran alconcheleros, es decir que nacieron en Alconchel, los cogimos volanderos y los trajimos a Barcelona; el primero se llamó Rambo, y el segundo Rambo 2, pero fueron tales los digustos que se llevaron mis hijos cuando murieron que decidimos no traer ningún gorrión más a casa, y dejarlos en el lugar donde habían nacido...
En casa nunca tuvimos perro pero sí peces, pájaros y patos. Los dos gorriones que tuvimos eran alconcheleros, es decir que nacieron en Alconchel, los cogimos volanderos y los trajimos a Barcelona; el primero se llamó Rambo, y el segundo Rambo 2, pero fueron tales los digustos que se llevaron mis hijos cuando murieron que decidimos no traer ningún gorrión más a casa, y dejarlos en el lugar donde habían nacido...
...
Volviendo al periquito, os diré que para enseñarle a hablar, lo ponía en mi dedo, acercaba su pico a mis labios y le repetía muy despacito una frase, articulándola con mucha claridad. Lo primero que aprendió a decir, al cabo de diez días, fue "me llamo Pepe"; al principio a retazos, y finalmente como se la habíamos enseñado. Era un estudiante de ejemplar aplicación...
Volviendo al periquito, os diré que para enseñarle a hablar, lo ponía en mi dedo, acercaba su pico a mis labios y le repetía muy despacito una frase, articulándola con mucha claridad. Lo primero que aprendió a decir, al cabo de diez días, fue "me llamo Pepe"; al principio a retazos, y finalmente como se la habíamos enseñado. Era un estudiante de ejemplar aplicación...
...
Aquel periquito tenía en alto grado la facultad de concentrarse en su trabajo y la de atender largo rato sin cansarse. Estiraba su cuerpecillo azul hasta ponerlo casi horizontal, alargaba la cabecilla en visible esfuerzo por emitir cada sonido...
Aquel periquito tenía en alto grado la facultad de concentrarse en su trabajo y la de atender largo rato sin cansarse. Estiraba su cuerpecillo azul hasta ponerlo casi horizontal, alargaba la cabecilla en visible esfuerzo por emitir cada sonido...
...
Pasado un tiempo, y para que no estuviese sólo, compramos en las Ramblas de Barcelona otro periquito de color verde; se hicieron amigos entre ellos y también de mis hijos, hasta que un día no fuimos a Castelldefels a pasar las vacaciones en un apartamento que habíamos alquilado en un lugar llamado Montemar. Todos estábamos contentos y felices, y casi más que nosotros, los periquitos...
Pasado un tiempo, y para que no estuviese sólo, compramos en las Ramblas de Barcelona otro periquito de color verde; se hicieron amigos entre ellos y también de mis hijos, hasta que un día no fuimos a Castelldefels a pasar las vacaciones en un apartamento que habíamos alquilado en un lugar llamado Montemar. Todos estábamos contentos y felices, y casi más que nosotros, los periquitos...
...
Como era cosa de que todos lo pasásemos lo mejor posible, mi hijo menor que sólo tenía 3 años, acostumbrado a ver a los periquitos sueltos por el salón de casa, no se le ocurrió otra cosa que abrirles la puerta de la jaula para darles un poco de libertad por el comedor del apartamento. Al principio, y por lo que después me explicaron, los periquitos salieron de la jaula un poco desconcertados y dieron unas voladas de una silla a la mesa, de la mesa al sofá, hasta que, como tontos no eran, descubrieron que la puerta de la terraza estaba entornada y sus cuerpecillos cabían por allí más que de sobras...
Como era cosa de que todos lo pasásemos lo mejor posible, mi hijo menor que sólo tenía 3 años, acostumbrado a ver a los periquitos sueltos por el salón de casa, no se le ocurrió otra cosa que abrirles la puerta de la jaula para darles un poco de libertad por el comedor del apartamento. Al principio, y por lo que después me explicaron, los periquitos salieron de la jaula un poco desconcertados y dieron unas voladas de una silla a la mesa, de la mesa al sofá, hasta que, como tontos no eran, descubrieron que la puerta de la terraza estaba entornada y sus cuerpecillos cabían por allí más que de sobras...