Dice la Miltología que Eco fue hija de la Tierra y del Aire, y que ayudaba a Júpiter distrayendo a la celosa Juno mientras aquél andaba ocupado en sus amorosos devaneos, hasta que la temible diosa habiéndose enterado de lo que a espaldas suyas ocurría, condenó a Eco a vivir en el fondo de los bosques y a repetir las últimas sílabas de las palabras que oyese...
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A Eco se la ha pintado con la aptitud perpleja del que escucha: los brazos medio levantados, la boca entreabierta, la cabeza algo inclinada hacia atrás, los ojos inmóviles y pensativos, como si también estuviesen empleados en percibir algún rumor lejano...
A Eco se la ha pintado con la aptitud perpleja del que escucha: los brazos medio levantados, la boca entreabierta, la cabeza algo inclinada hacia atrás, los ojos inmóviles y pensativos, como si también estuviesen empleados en percibir algún rumor lejano...