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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

¡Oigggggggggggggggggggggssssss sssssssssssssssssss! ¿Será verdad que estas tres hermosuras, cuando eran jovencillas y querían coquetear con algún "yogurín" del pueblo, actuasen de la forma que dice que actúan las mujeres, un profesor de la Universidad de Sao Paulo?...

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Justi, tú te imaginas a alguna de nosotras, cuando teníamos 15 o 16 años, acercarnos a los mozos en plan coqueteo, algo así como "la Sandy" de Greasse, se le acercaba a Travolta, moviendo los hombros a un ritmo intenso, dirigiendo el mentón hacia los hombros en movimientos lentos y sinuosos, y mostrando las palmas de las manos....

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¡Si piensas que estoy como un cencerro viejo, te equivocas, aún me falta un poco para llegar hasta ahí...! Jajajajjajajaa. Creo que aún estoy lo suficientemente cuerda como para no poderme imaginar una cosa así, y menos que esto pudiese ocurrir en el camino de la Fuente, en medio de la Plaza, o en la Esquina de Costumbre...

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Tampoco puedo imaginarme, -aunque hay cada "chuleta" por la vida, como diría Castilleja- que se las trae.... a ninguno de los de la quinta el 49 adelantando la cabeza hacia la "futura" seducida poniendo en movimiento todas las partes posibles de su cuerpo (y con mas manos que los pulpos jejejeje) Más bien me los puedo imaginar "atajando" en medio de la calle a su Dulcinea de Alconchel "pá hablar un rato". (No confundir a la Dulcinea de Alconchel con la del Toboso, que a esta última, ya la tenía para sí el Caballero de la triste Figura...

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Yo creo que la mirada es lo que mejor funciona ante un motivo de "coqueteo"; primero porque nos permite ver si el tal "motivo" vale la pena, y después porque si no abrimos bien los ojos, y solamente nos dedicamos a movernos de aquí para allá, y de allá para aquí, lo más probable es que con tanto contoneo, nos pase lo que a Castilleja, pisemos cualquier gotilla de agua, y... ¡cataclac! CUERPO A TIERRAAAAAAA...

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Ya que he comenzado voy a terminar explicando lo que dice este profesor sobre el contacto visual, que además de ser un arma poderosa incrementa la tensión en la piel. También dice que una mirada intensa influye en la actividad del corazón, acelerando su ritmo como si las personas hubieran bebido dos tazas de café. Las pupilas se dilatan, y el tono muscular se intensifica....

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Todo esto ocurre en menos tiempo del que tardo yo en escribir un mensaje: No más de tres segundos. Aunque puede convertirse en una eternidad cuando se trata de pasar a la segunda fase del coqueteo: la conversación...

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En España, entre los jóvenes, la palabra "cortejar" prácticamente ha caído en desuso, como la práctica misma de envolver a la persona amada en detalles que, finalmente, la harán caer en nuestros brazos...

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Esto no siempre fue así. Los llamados "tunos", jóvenes estudiantes de escasos recursos que aparecieron en el siglo XIII, se ganaban la vida entonando canciones en las tabernas. Por las noches utilizaban sus habilidades musicales para enamorar a sus doncellas...

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La costumbre estaba tan arraigada, que muy posiblemenete fue adoptada siglos después con algunas variaciones, en las colonias españolas de América Latina. En la actualidad quedan algunos grupos de tunos pertenecientes a distintas Universidades. Se trata de jóvenes aficionados a la música y a la tradición y sobre todo, a la vida nocturna...

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En Alconchel, como nunca ha habido Universidad, nunca han existido Tunos, aunque algún "tunante/a" salía de vez en cuando de entre los grupos de mozos y mozas...

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Los "Tunos" de nuestros pueblos, no iban, ni van, ataviados con trajes de época, ni con una caracterísca capa, y acompañados de guitarras, recorrían las calles en busca de las mujeres a las que cortejar mientras interpretaban sus canciones a puerta cerrada, en un bar o a la intemperie...

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Antes, tanto en los pueblos, como en las grandes capitales, los jóvenes preferían decir la palabra "te quiero" a "te amo"; ahora se habla mucho más de "ligar" que de "cortejar"...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Dicen que en casi todo el mundo, el amor es hoy en día mucho menos romántico. Pero al mismo tiempo, es más directo. Y, por lo tanto más libre.