Aunque parezca mentira, de haberlos, haílos.
Los insultos de hoy son BABOSO Y BABOSÓN.
Se dice del individuo pegajoso y pesado, que llega a ser sumamente molesto, al adherirse a la vida de uno como la lapa. También se aplica a quien es lujurioso y rastrero, en el sentido de que se le cae la baba, babea ostensiblemente ante el objeto de sus viles y bajos deseos. El baboso es individuo enamoradizo, que se presta a cualquier cosa con tal de realizar la desatinada pasión que, por sus limitaciones, no es previsible que consiga, ya que aquello a lo que aspira está mucho más allá de sus posibilidades reales. Manuel Bretón, autor dramático del pasado siglo, inscribe el término en el siguiente contexto:
Señora, me canso
de andar hecho un azacán
galanteando baboso
a mozuelas en agraz...
También se dice del adolescente que presume como persona adulta.
Los insultos de hoy son BABOSO Y BABOSÓN.
Se dice del individuo pegajoso y pesado, que llega a ser sumamente molesto, al adherirse a la vida de uno como la lapa. También se aplica a quien es lujurioso y rastrero, en el sentido de que se le cae la baba, babea ostensiblemente ante el objeto de sus viles y bajos deseos. El baboso es individuo enamoradizo, que se presta a cualquier cosa con tal de realizar la desatinada pasión que, por sus limitaciones, no es previsible que consiga, ya que aquello a lo que aspira está mucho más allá de sus posibilidades reales. Manuel Bretón, autor dramático del pasado siglo, inscribe el término en el siguiente contexto:
Señora, me canso
de andar hecho un azacán
galanteando baboso
a mozuelas en agraz...
También se dice del adolescente que presume como persona adulta.
En el Libro de los Insultos, Cabestro es el primero que he podido encontrar por orden alfabético en la letra C. Según Celdrán, cabestro es:
Cornudo, cabrón consentido a quien su mujer gobierna y manda. Es uso metonímico de la acepción principal: "ramal o soga de cáñamo con que se ata a la bestia para reducirla y controlar su movimiento".
Es insulto muy corriente en los siglos de oro, que utiliza Quevedo en letrillas satíricas como ésta:
Tendrá la del maridillo,
si en disimular es diestro,
el marido por cabestro
y el galán por cabestrillo."
Cornudo, cabrón consentido a quien su mujer gobierna y manda. Es uso metonímico de la acepción principal: "ramal o soga de cáñamo con que se ata a la bestia para reducirla y controlar su movimiento".
Es insulto muy corriente en los siglos de oro, que utiliza Quevedo en letrillas satíricas como ésta:
Tendrá la del maridillo,
si en disimular es diestro,
el marido por cabestro
y el galán por cabestrillo."