La música religiosa representó durante toda la Edad Media el arte sabio y refinado.
Además del gregoriano, canto oficial de la Iglesia, hubo en la Edad Media muchas otras manifestaciones de música religiosa, entre las que destacan las laudas y las cantigas.
Las laudas son cantos populares devotos escritos para cantar en lengua romance. Su creación se atribuye a San Francisco de Asís, fundador de la orden de los franciscanos. San Francisco había sido en su juventud trovador y, una vez consagrado a Dios, utilizó el canto propio de los trovadores para expresar su amor a la naturaleza y para elevar así su espíritu con la oración.
Las cantigas son cánticos en lengua romance dirigidos a la Virgen María. Constituyen el monumento musical más importante con el que España contribuyó a la cultura de la Edad Media. Alfonso X el Sabio nos legó 417 cantigas, escritas en gallego.
Las Cantigas religiosas de Alfonso X pueden agruparse en dos tipos:
de milagros, o narrativas;
loores o cantos de alabanza, de contenido similar a las canciones de los trovadores, pero en las que se sustituye la dama por la Virgen.
Además del gregoriano, canto oficial de la Iglesia, hubo en la Edad Media muchas otras manifestaciones de música religiosa, entre las que destacan las laudas y las cantigas.
Las laudas son cantos populares devotos escritos para cantar en lengua romance. Su creación se atribuye a San Francisco de Asís, fundador de la orden de los franciscanos. San Francisco había sido en su juventud trovador y, una vez consagrado a Dios, utilizó el canto propio de los trovadores para expresar su amor a la naturaleza y para elevar así su espíritu con la oración.
Las cantigas son cánticos en lengua romance dirigidos a la Virgen María. Constituyen el monumento musical más importante con el que España contribuyó a la cultura de la Edad Media. Alfonso X el Sabio nos legó 417 cantigas, escritas en gallego.
Las Cantigas religiosas de Alfonso X pueden agruparse en dos tipos:
de milagros, o narrativas;
loores o cantos de alabanza, de contenido similar a las canciones de los trovadores, pero en las que se sustituye la dama por la Virgen.