Últimos soldados españoles en Cuba, 1898
El siglo se cerró con el «desastre de 1898», que supuso para España la pérdida de sus últimas posesiones ultramarinas.
Guerra de Cuba
Con el Grito de Baire, durante las celebraciones de carnaval, en 1895, se reanudó la insurrección cubana. Tras la muerte de su organizador, José Martí durante las primeras escaramuzas, el movimiento independentista siguió bajo la dirección de Máximo Gómez y Antonio Maceo. A pesar de los intentos militares de los generales Martínez Campos y Weyler, y del envío de 220.000 soldados a Cuba entre 1895 y 1898, los insurrectos, que contaban con gran apoyo popular, no lograron ser pacificados. El problema se complicó por la intromisión de los Estados Unidos, que apoyaron a los cubanos con armas y dinero, al tiempo que intentaron comprar la isla a España.
España se negó a la venta de Cuba, y en 1897 aprobó para la isla un amplio régimen autonómico con la intención de responder las demandas de la oligarquía criolla, pero ya no había marcha atrás. El gobierno estadounidense provocó la guerra contra España con el pretexto del hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana.
Las derrotas militares en Cavite (mayo 1898) y Santiago de Cuba (julio 1898) llevaron al gobierno español a negociar, mientras EE UU desembarcaba en Puerto Rico, y Manila, en Filipinas, capitulaba.
Con la Paz de París (1898) España reconocía la derrota y liquidaba su imperio colonial: Cuba se independizó, Filipinas y Puerto Rico se convertían en protectorados estadounidenses
El siglo se cerró con el «desastre de 1898», que supuso para España la pérdida de sus últimas posesiones ultramarinas.
Guerra de Cuba
Con el Grito de Baire, durante las celebraciones de carnaval, en 1895, se reanudó la insurrección cubana. Tras la muerte de su organizador, José Martí durante las primeras escaramuzas, el movimiento independentista siguió bajo la dirección de Máximo Gómez y Antonio Maceo. A pesar de los intentos militares de los generales Martínez Campos y Weyler, y del envío de 220.000 soldados a Cuba entre 1895 y 1898, los insurrectos, que contaban con gran apoyo popular, no lograron ser pacificados. El problema se complicó por la intromisión de los Estados Unidos, que apoyaron a los cubanos con armas y dinero, al tiempo que intentaron comprar la isla a España.
España se negó a la venta de Cuba, y en 1897 aprobó para la isla un amplio régimen autonómico con la intención de responder las demandas de la oligarquía criolla, pero ya no había marcha atrás. El gobierno estadounidense provocó la guerra contra España con el pretexto del hundimiento del acorazado Maine en el puerto de La Habana.
Las derrotas militares en Cavite (mayo 1898) y Santiago de Cuba (julio 1898) llevaron al gobierno español a negociar, mientras EE UU desembarcaba en Puerto Rico, y Manila, en Filipinas, capitulaba.
Con la Paz de París (1898) España reconocía la derrota y liquidaba su imperio colonial: Cuba se independizó, Filipinas y Puerto Rico se convertían en protectorados estadounidenses