Insurrección cantonal de Cartagena, 1874
La insurrección cantonal, iniciada en julio de 1873 en Cartagena por los republicanos federalistas intransigentes, se extendió por Levante y por Andalucía, donde aparecieron multitud de gobiernos autónomos que pretendían establecer el Estado federal. Al movimiento se unió la insurrección social de signo anarquista, que tuvo como foco más virulento la ciudad de Alcoy. Gran parte de España se fraccionó en pequeños estados, que a escala provincial, comarcal o local dirigían sus propios destinos y organizaban, en algún caso, sus ejércitos.
Ante la gravedad de la situación, el gobierno de la República empleó al ejército: el general Martínez Campos reprimió la insurrección en Valencia y el general Pavía dominó Andalucía. El último reducto rebelde fue Cartagena, cuyo cantón, dirigido por «Antonete» Gálvez y el general Contreras, sobrevivió a la misma República, hasta enero del año 1874.
Los protagonistas de este movimiento político fueron principalmente los artesanos, los pequeños comerciantes, los intelectuales y los militares urbanos.
La insurrección cantonal puso en crisis el federalismo de Pi i Margall, al mismo tiempo que robusteció el prestigio de los generales que se distinguieron en su pacificación
La insurrección cantonal, iniciada en julio de 1873 en Cartagena por los republicanos federalistas intransigentes, se extendió por Levante y por Andalucía, donde aparecieron multitud de gobiernos autónomos que pretendían establecer el Estado federal. Al movimiento se unió la insurrección social de signo anarquista, que tuvo como foco más virulento la ciudad de Alcoy. Gran parte de España se fraccionó en pequeños estados, que a escala provincial, comarcal o local dirigían sus propios destinos y organizaban, en algún caso, sus ejércitos.
Ante la gravedad de la situación, el gobierno de la República empleó al ejército: el general Martínez Campos reprimió la insurrección en Valencia y el general Pavía dominó Andalucía. El último reducto rebelde fue Cartagena, cuyo cantón, dirigido por «Antonete» Gálvez y el general Contreras, sobrevivió a la misma República, hasta enero del año 1874.
Los protagonistas de este movimiento político fueron principalmente los artesanos, los pequeños comerciantes, los intelectuales y los militares urbanos.
La insurrección cantonal puso en crisis el federalismo de Pi i Margall, al mismo tiempo que robusteció el prestigio de los generales que se distinguieron en su pacificación