Ofertas de luz y gas

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

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Avanzar deprisa cada vez le resultaba más difícil. Kimberly resbaló en dos ocasiones y bajó rodando media pendiente. Los largos y gruesos hierbajos le ofrecían poca tracción, a pesar de que llevaba botas de montaña, y las rocas y las raíces de los árboles surgían en los lugares más inoportunos. Si miraba hacia el suelo en busca de obstáculos, la rama de un árbol le arañaba el muslo; si miraba hacia arriba, se arriesgaba a golpearse las espinillas con un tronco caído, y si intentaba mirar a todas partes a la vez, acababa cayéndose..., por lo general, con dolorosos y sangrientos resultados.

Este fragmento que acabo de escribir, pertenece al último libro que estoy leyendo, y estas "peripecias" le ocurren a Kimberly Quincy que es una estudiante de la Academia del FBI. Se titula Tiempo de matar y me tiene en ascuas pensando en quién será el "asesino".

Un beso para todos, y mañana un poquito más.

Buenassssssss, seguro que el final te sorprende.

Que usted lo lea bién, jajajaja y jojojo.

Un saludo. rosa

Buenos días Cuenka.

Estoy segura que me sorprenderé cuando llegue al final; ahora estoy en la página 237 y aún no tengo ni idea de cómo terminará.

Este libro de Lisa Gardner lo compré para ir leyendo durante mi viaje al pueblo, pero nada más comenzar el trayecto encontré a un chavalín de 12 años, de padre peruano y madre valenciana, sentado a mi lado y más espavilado que todas las cosas, así que nos pusimos a hablar y la lectura la dejé para después, y el después ha llegado ahora.
Lo estoy leyendo estupenda y lentamente, dado que lo leo antes de irme a dormir, así que leo más o menos, dependiendo del sueño que tenga ese día. Jajajaja.

Un beso y hasta luego.

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Tras dos horas de caminata, sus piernas lucían un entramado de arañazos que hacían juego con los que todavía se estaban curando en su rostro. Logró evitar las avispas, pero sin darse cuenta metió el pie en hiedra venenosa. Dejó de tropezar con troncos caídos, pero se torció dos veces los tobillos al resbalar en una roca...

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Podría decirse que no estaba disfrutando demasiado del bosque. Suponía que debería ser hermoso, pero para ella no lo era. Sentía la soledad de este lugar, donde el sonido de los pasos de su compañero era sofocado por el musgo que cubría las rocas y, aunque sabía que había otro equipo de búsqueda en un radio de cinco kilómetros, era incapaz de oír nada. Se sentía desorientada bajo aquellos gigantescos árboles que bloqueaban la luz del sol y hacían que fuera tan difícil saber en qué dirección avanzaban...

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Aquel terreno escarpado y ondulante les obligaba continuamente a descender para subir o a ascender para bajar, ¿Dónde estaba el norte? ¿Y el sur? ¿Y el este? ¿Y el oeste? Ya no lo sabía, y eso le hacía sentirse ansiosa de un modo que era incapaz de explicar...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
¡Buenoooooooooooooooo!
Dicen que no hay dos sin tres, así es que...., ¡Ya veremos cómo terminamos la tarde! Jajajajajjaaaaaaaa
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Ei inmenso tamaño de los árboles la engullía a mayor profundidad que cualquier océano. Se ahogaba en su verdor y no estaba segura de cómo mantener la cabeza sobre la superficie o qué dirección seguir para llegar a la orilla. Era una chica de ciudad en un lugar que le resultaba completamente desconocido. En un lugar como este podían ocurrir muchas cosas malas y era posible que nunca nadie encontraría su cadáver...